viernes, 31 de diciembre de 2010
sábado, 11 de diciembre de 2010
jueves, 9 de diciembre de 2010
Nostradamus y Zapatero.
“DE TIERRAS CON NOMBRE DE ANIMAL, VENDRA QUIEN GOBIERNE A LOS IBEROS,
ADORARA A REYES NEGROS Y ABRAZARA RELIGIONES EXTRAÑAS,
Y LLENARA SU PALACIO DE BUFONES Y ADULADORES.
USANDO SU PROPIA MASCARA DE BUFON, TRAERA CONSIGO EL HAMBRE,
LA POBREZA Y LA DESESPERACION....”
Centuria XI de las Prophéties, Michel de Nostradamus
ZAPATERO ES DE LEÓN.......
jueves, 2 de diciembre de 2010
viernes, 22 de octubre de 2010
domingo, 22 de agosto de 2010
La pequeña historia de España. (39)
Con este post acabo la serie dedicada al libro que escribió Alejandro Lerroux en 1937.
La libertad no es incompatible con la función social de cada individuo, ni merece llamarse libertad, sino arbitrariedad, la que no se someta a los fines y conveniencias sociales. La misión más alta de la autoridad consiste en mantener la armonía entre el individuo, la sociedad y el Estado. Tampoco merece el nombre de autoridad la que no sea capaz de afrontar y someter, sin anularla, los peligros de la libertad.
El "parlamentarismo" es una cosa y el parlamento es otra. De éste no prescinden los Estados que se constituyen en régimen corporativo. Lo que hacen no es suprimirlo, sino modificarlo para darle virtualidad y eficacia. Y hay casos en que lo aumentan para equilibrarse el régimen.
La libertad no es incompatible con la función social de cada individuo, ni merece llamarse libertad, sino arbitrariedad, la que no se someta a los fines y conveniencias sociales. La misión más alta de la autoridad consiste en mantener la armonía entre el individuo, la sociedad y el Estado. Tampoco merece el nombre de autoridad la que no sea capaz de afrontar y someter, sin anularla, los peligros de la libertad.
El "parlamentarismo" es una cosa y el parlamento es otra. De éste no prescinden los Estados que se constituyen en régimen corporativo. Lo que hacen no es suprimirlo, sino modificarlo para darle virtualidad y eficacia. Y hay casos en que lo aumentan para equilibrarse el régimen.
sábado, 21 de agosto de 2010
La pequeña historia de España. (38)
Pero es que en España, por no haber sufrido el alma nacional una de esas crisis espirituales en que se luchan las ideas y los principios, antes que las armas homicidas, no hemos "conquistado", como otros pueblos, el derecho a la libertad integral que se basa en la de la conciencia y exalta la dignidad humana permitiéndose elección y responsabilidad.
La pequeña historia de España. (37)
La unidad nacional, al identificarse con la unidad religiosa, produjo en su exaltación el fanatismo, origen y a veces pretexto de instituciones y medidas que empobrecieron intelectual y económicamente al país, desterrando algunas veces de nosotros "la funesta manía de pensar". Y como cada cosa engendra su semejante, el fanatismo religioso engendró el fanatismo laico. El primero quemaba herejes y judíos; el segundo mataba frailes e incendiaba conventos. Al calor de esas hogueras de odio incubaron en el alma de nuestra raza las más bajas pasiones.
viernes, 20 de agosto de 2010
La pequeña historia de España. (36)
Penetrando en la psicología de nuestra raza y en las entrañas de nuestra Historia, pudiera lógicamente deducirse que el pueblo español carece de aptitudes para realizar una revolución que no sea la del empleo de la violencia. Hace motines, insurrecciones, guerras civiles, alzamientos nacioanles, todo lo que signifique oposición a la disciplina, sublevación contra la autoridad y el orden establecidos.
La pequeña historia de España. (35)
Otra vez Niceto me posterga. Otra vez entrega su confianza a otro de mis lugartenientes. Otra vez, tras el fracaso de la continuación y ante el peligro de una revolución anarco-separatista en toda España me obliga el patriotismo a encargarme del Gobierno y hago frente a la revolución; y la venzo; y someto a los sublevados. ¿Lo recordaría don Niceto cuando Portela frente a la que su inepcia o su complicidad no supo contener, ni se atrevió atajar, le dejó entregado a sus enemigos personales, los Azaña, los Casares, los Prieto, los Largo Caballero... enemigos a la vez de la República y de la Patria?
¿Se le ocurrió siquiera, en aquella hora suprema de angustia, al Jefe del Estado, comparar una conducta y otra conducta?
De la mía yo me siento orgulloso.
De la suya... compadecido.
De la de Portela, avergonzado. Como hombre, porque es mi raza; como español, porque ha nacido en mi Patria; como republicano, porque ha deshonrado a la República; como político, porque en la Historia no encuentro otro más vil, para ponerle a él en segundo lugar.
jueves, 19 de agosto de 2010
La pequeña historia de España. (34)
Ése fue mi partido, que redimió a los victimados en Montjuich, que republicanizó a los mineros de Río Tinto, de Linares, de Cartagena; que hizo inolvidable labor de justicia y de humanidad en las minas de Almadén. Pues todo esto, combatido por la Monarquía, que persiguió a los obreros republicanos, que amparó o protegió a sus antiguos exploradores y a los separatistas, se cuarteó y por sus intersticios volvió a brotar el anarquismo, el comunismo, y a organizarse la Confederación nacional y a robustecerse el separatismo. Y esas masas sucesoras y aquéllas que yo puse bajo el espíritu de ideales patrióticos y republicanos, están hoy en el Frente Popular y estuvieron antes contra mí en cuanto el socialismo, su competidor tradicional e implacable, se alzó despechado e iracundo por la irreverencia de haberle apartado del Poder, que creía ya vinculado a perpetuidad en sus manos.
miércoles, 18 de agosto de 2010
La pequeña historia de España. (33)
Ahora, ¿quiénes se han agrupado contra mí? Lo más confuso y lo más abigarrado.
Pongo aparte a los monárquicos. Algunos me han combatido no tanto por mí como por combatir a la República. En cambio, algunos otros, en otro lugar lo refiero, han tenido en mi favor gestos de inolvidable hidalguía.
Todos los demás... aún lo recuerdo con emoción. Cuando yo llegué a Barcelona en 1909 la población obrera de Cataluña, desmoralizada por la propaganda anarquista y acobardada por un terrorismo gubernamental, me oyó, me creyó, me siguió, se convirtió en democracia republicana que me acompañaba con la bandera española, valladar del separatismo, y tres años después llenaba la región de centros de cultura, de enseñanza, de arte, de socorro y asitencia mutua, de cooperativas con la común denominación de "Fraternidad".
La pequeña historia de España. (32)
En el país imperaba el desmán, la provocación desvergonzada a las autoridades, la organización belicosa de las masas demagógicas a cielo abierto, tambor batiente y banderas desplegadas; el atentado personal, el atraco, la anarquía desmelenada por campos y ciudades...
Los rebeldes de ayer, Azaña, Largo Caballero y otros, absueltos por los Tribunales, comparecían amenazadores en la plaza pública. Amenazadores y cínicos, esocoltados, cuando no protegidos, por el Ministro de Gobernación, que regentaba un Gran Maestre de la Masonería catalana, permanentemente asistido, aconsejado o intervenido por otro Gran Maestre, el del Gran Oriente Español.
Se había dicho de éste, con el salpimentado gracejo, que es, por antonomasia, "el tonto a la Federica". Por antonomasia, no. Si bien habíase colocado ya en su puesto, al pie de la carroza que había de conducir al cementerio los restos de la República, por ellos alevosamente asesinada.
España.
sábado, 14 de agosto de 2010
La pequeña historia de España. (31)
En Barcelona, distrito de la Barceloneta, radicaba de antiguo una casa industruial que giraba bajo la firma de Tayá. El viejo Tayá era un republicano tradicional, de aquellos catalanes que en la fórmula federativa del insigne Pí y Margall encontraron la cifra de sus amores a España, a Cataluña y a la República. Ningún federal de la doctrina de Pí y Margall fue nunca separatista y Tayá no lo era.
Pero todo lo que no era federal para esta clase de republicanos era necesariamente centralista y tan abominable como lo monárquico
jueves, 12 de agosto de 2010
La pequeña historia de España. (30)
De propósito he venido rehuyendo entrar en este asunto delicado y complejo, planteado y conducido por el catalanismo extremista sin grandeza de alma y sin grandeza de miras; recibido por los socialistas con hostilidad doctrinal y personal; más adelante resucitado sin convicción y para aprovechar el dinamismo venenoso del separatismo latente exacerbado; repugnado por muchos republicanos que habían formado su convicción política en el centralismo de la revolución francesa; ignorado y desconocido por la mayoría de los que votaron en pro o en contra; utilizado como plataforma para acrecentar clientela por el más centralista, menos autonomista y más ayuno de conocimientos de materia regionalista entre todos nuestros improvisados repúblicos.
La pequeña historia de España. (29)
No es difícil, por ejemplo, presentar fotografías en las que aparezcan en alegre camadería sentados alrededor de una mesa que ha servido de banquete, o de pie, en actitudes de confianza, al Strauss, al Presidente de la Generalidad en funciones, el pobre Companys, y a varios Consejeros, que en las risueñas playas catalanas de Sitges tomaban medidas para saber si después de las luchas de pugilato que comanditaban juntos cabrían, también en funciones, algunos "Straperlos" que amenizasen el veraneo de aquella temporada.
La pequeña historia de España. (28)
Por otra parte, el sentimiento patriótico se había exaltado en la nación, ante la innoble, desleal conducta de unas organizaciones políticas y unos dirigentes de ellas que a raíz de haber cumplido la República su compromiso, con protesta de buena parte del país, otorgando el Estatuto de su autonomía a Cataluña -que sus hombres por sí solos hubiesen sido incapaces de lograr- se alzan en armas contra la República y contra España, de acuerdo con los que en Asturias demostraron ser partidas de bandoleros, no partidarios de un ideal político o social.
miércoles, 11 de agosto de 2010
La pequeña historia de España. (27)
El Gobierno que formé y presidí desde el día 4 de octubre de 1934 no había, ni con su programa ni con su acción, dado motivo ni pretexto alguno para que se alterase o enardeciese el espíritu revolucionario de las masas trabajadoras. Sin embargo, fue contra mí y contra mi Gobierno que se produjo la grave rebelión socialista y separatista que se venía anunciando.
¿Por qué? En esa rebelión no había nada que permitiese atribuirle un impulso ideal o una fuerza espiritual elevada o noble, de las que disculpan, o explican un movimiento revolucionario.
La pequeña historia de España. (26)
Don Niceto no enfocaba lo uno ni lo otro, sin que yo incurra en la injusticia de negarle sentimientos humanitarios. Lo que a él le intresaba era no crearse enemigos en Cataluña, en procurarse allí popularidad, salvando la vida de los que, peleando por la independencia de aquella región, habían conquistado la categoría de héroes legendarios.
Terminando el juicio sumarísimo que se siguió contra el jefe militar que dirigió la resistencia armada en la Generalidad, comandante de Artillería Pérez Farrás, al Gobierno se le presentó el asunto en toda su desnudez y con él se le plantearon algunos otros problemas.
El Consejo de Guerra había condenado a muerte. El Gobierno había sido notificado. Si el Gobierno contestaba a la notificación de la primera autoridad militar de Cataluña "dándose por enterado", aquella autoridad dispondría la inmediata ejecución del reo. Al Gobierno, única y exclusivamente al Gobierno, competía el triste derecho de mandar o no ejecutar la sentencia terrible con un simple "enterado".
La pequeña historia de España. (25)
En la rebelión de octubre de 1934 ha de encontrarse la justificación del Alzamiento Nacional de julio de 1936.
Si los republicanos hubiesen gobernado con unidad de criterio, leales a sus propias convicciones y no mediatizadas por la influencia de un partido de clase, aquella rebelión no hubiera podido producirse o, de haberse producido, habría encontrado enfrente al Poder en condiciones de sofocarla mediante una simple operación de policía.
Porque la unidad de criterio supone disciplina y autoridad, condiciones indispensables para que la acción tenga eficacia cuando la ejerce el poder: eficacia de previsión o de justa y medida represión.
La pequeña historia de España. (24)
La detención de Azaña no me sirvió de complacencia. Tenía el íntimo convencimiento de que el personaje no había ido a Cataluña a conspirar y mucho menos a participar en la rebelión. A intrigar, tal vez.
A sublevarse, ni pensarlo. De haber previsto la tragedia. Azaña hubiese escapado de Cataluña a toda velocidad, exclamando como Sol y Ortega, contestando a una interrupción famosa en un mitin de Sevilla: ¡Pocas bromas! ¡Pocas bromas!
No lo digo para declarale incapaz de heroicidad, que no es ese aspecto el que más me interese en los hombres públicos, sino para asegurar que su talento y su sagacidad no se hubieran dejado coger en la trampa separatista. Castellano, centralista, enamorado de los Reyes Católicos y del Cardenal Cisneros, enemigo primario de las aspiraciones regionalistas, Azaña había podido disimular esas convicciones suyas para buscar por el apoyo al Estatuto en el Parlamento la solidaridad de Cataluña y popularidad entre los autonomistas catalanes, pero separtista no lo era ni lo es el ilustre complutense.
La pequeña historia de España. (23)
Una policía inteligente y una buena administración hubieran sido para el "separatismo" clima mortal de necesidad. El catalán se batirá por su religión, por su idioma, por su "rabassa morta", por sus sardanas. Para separar a Cataluña de España, como finalidad de una guerra, yo afirmo que no se reúne un ejército de catalanes. De aventureros y mercenarios sí, porque en Cataluña el desenvolvimiento industrial de este último medio siglo ha llamamdo a su territorio hombres forasteros en todas partes, desvinculados a todo lazo espiritual, sin patria, ni hogar ni sentimiento de honor.
En Cataluña se encontrarán siempre voluntarios para luchar por ideales abstractos: la anarquía, la justicia... Por el separatismo lisa y llanamente, no. El separatismo no es un valor espiritual.
miércoles, 4 de agosto de 2010
La pequeña historia de España. (22)
El pueblo no siente el ideal separatista. Ese es un ideal reaccionario fomentado por la mediocridad de los intelectuales catalanes. Las más elevadas mentalidades de la raza, las que han aportado algo positivo al patrimonio espiritual de Cataluña y España, no fueron separatistas. Balmes no fue separatista. No lo fue Pí y Margall. Sus artistas más insignes no lo fueron. Probablemente el separatismo catalán se ha elaborado más en Madrid que en Barcelona. Se ha confundido separatismo y "forasterismo".
La pequeña historia de España. (21)
A Companys sus mudanzas le hacen a uno recordar las del camaleón. Estoy seguro de que a solas con su conciencia no podrá explicarse por qué serie de transmutaciones ha venido a parar de castelarista en federal, de reformista monárquico, en furibundo hombre de izquierdas, de españolista patriotero, en anarco-separatista, y de modestísimo Don Nadie, en el monigote de la veleta catalana, gobernada por todos los vientos, volviendo la cara a todos los horizontes, sin gobierno sobre nadie, sin autoridad sobre nada, empingorotado sobre todos los niveles, testaferro de todas las voluntades, canciller de todas las villanías, testigo de todos los crímenes, cómplice de todas las infamias y tan irresponsable como los fetos en el Limbo.
La pequeña historia de España. (20)
Sin el asesinato de Layret, Companys no hubiera salido del anonimato. Sus devaneos políticos necesitarían el hilo de Ariadna para desenredarlas. Nació políticamente en la "Escolar Republicana", con un matiz castelarista. Con el reformismo de Melquiades Álvarez hizo una excursión por el mar muerto de la Monarquía. Arrumbó a la playa del Partido Radical, donde no pudo asegurar las anclas. Más tarde, ese mismo partido le regaló un acta de concejal en el Ayuntamiento de Barcelona. Se acogió después a las mesnadas de Marcelino Domingo. Luego fue pasante en el bufete de Layret. Cuando éste sucumbió asesinado por el terrorismo, Companys no pudo heredar su talento ni su bufete, pero heredó su acta de diputado a Cortes. El distrito de Sabadell, que el finado representaba, necesitó un mandatario y eligió a Companys. Desde entonces Companys se ha titulado federal y catalanista de los de "desde el vientre de su madre".
No lograba salir de penas. Quiero decir que ni de concejal, ni de diputado, ni de periodista, ni de abogado conseguía destacarse con personalidad. No la tenía. bastante lograba con flotar.
sábado, 31 de julio de 2010
La pequeña historia de España. (19)
El pobre Companys ha sido juguete del destino, triste destino de Arlequín en el escenario de un guignol trágico. No es bueno, ni es malo; no es listo, ni es tonto. "Tiene... pero le falta", como decía Antonio Palomero, malogrado ingenio de la prensa nacional.
España no puede sentirse orgullosa de sus hombres representativos de las generaciones que viven, es cierto, pero menos "que de otras de sus regiones, de las de Cataluña".
Tantos años de voces, de esfuerzos, de luchas políticas, para que en la hora precisa de su pretendida liberación la represente y dirija Maciá, respetable porque está muerto y porque no era mala persona; y en la vacante le suceda un Companys, más respetable también por medio muerto que por vivo. ¡Tremenda ironía!
sábado, 24 de julio de 2010
La pequeña historia de España. (18)
Al frente de la Generalidad estaba Luis Companys. No puedo dispensarme de traerle a colación porque, por insignificante que la personalidad sea, y lo es mucho más de lo que puede suponerse, representa una realidad.
La fatalidad tiene su lógica. A un Presidente de la República como don Niceto tenía que corresponder un Presidente de la Generalidad como Maciá. Y cuando aquél empezó a bajar de tono en el concepto público, para no desentonar demasiado, el pobre Maciá se murió y le sucedió el pobre Companys. La verdad es -y lo digo sin exceptuarme- que en nuestra desgraciada República todo ha ocurrido parejo: cosas, hechos, hombres y categorías. Por unas o por otras causas, la curva de depresión general que la Humanidad vive bajando a trompicones desde hace tiempo, ha cogido de pleno a nuestra generación. Sí; aquí todos, en efecto, podemos llamarnos de tú. El llamárnoslo mirando al interlocutor de alto a bajo es cuestión de estatura física; algunas veces de estaura moral, de estaura intelectual muy pocas.
jueves, 22 de julio de 2010
La pequeña historia de España. (17)
La policía detiene a don Niceto. Antes de conducirle a la cárcel le acompaña a la Iglesia. Don Niceto oye misa, confiesa y se comulga. Don Niceto ingresa resignado en su celda de la Prisión de Madrid. Allí, Largo Caballero y Fernando de los Ríos, y Giral, y Ortega Gasset y más tarde Casares Quiroga.
Son el anticaciquismo, el ateísmo, el anticleralismo, el nacionalismo, la masonería, la revolución política y social, todo lo contrario que don Niceto Alcalá Zamora.
El comunismo de la prisión, la convivencoia, el trato, les relaciona a todos ellos en estrecha amistad. En determinado momento y sospechoso incidente de la vida carcelaria, Largo Caballero defiende la trascendencia del episodio a dar motivo de que se suponga, y hasta se crea, la noticia de que por enlace que el amor santifica, el liberal y el comunista, el católico y el ateo, pueden llegar a ser parientes espirituales.
Son el anticaciquismo, el ateísmo, el anticleralismo, el nacionalismo, la masonería, la revolución política y social, todo lo contrario que don Niceto Alcalá Zamora.
El comunismo de la prisión, la convivencoia, el trato, les relaciona a todos ellos en estrecha amistad. En determinado momento y sospechoso incidente de la vida carcelaria, Largo Caballero defiende la trascendencia del episodio a dar motivo de que se suponga, y hasta se crea, la noticia de que por enlace que el amor santifica, el liberal y el comunista, el católico y el ateo, pueden llegar a ser parientes espirituales.
La pequeña historia de España. (16)
Don Niceto no era un fariseo, en el sentido vulgar que ha venido a tener la palabra al convertirse de sustantivo en adejtivo. Pero en cuanto el fariseo representaba en el judaísmo el sentido legalista, formulario, estricto y austero de la religión mosaica, de don Niceto puede decirse sin paradoja que es un fariseo-católico.
Practica la religión católica para cumplir un deber más que para satisfacer un sentimiento. Pues, por católico, por religioso, por creyente, republicanos y socialistas sintieron contra él las mismas prevenciones y hostilidades que por cacique monárquico.
Me refiero, ya se supondrá, a esos republicanos y socialistas que, sinceramnete, por suponerse ateos o por titularse anticlericales a la usanza demagógica, son intolerantes, intransigentes y enemigos jurados de todos los creyentes, cualquiera que sea su religión.
Sin embargo, la vida, el sentimiento humano, la realidad, prescinden de esas prevenciones y sobre ellas se remontan.
lunes, 19 de julio de 2010
La pequeña historia de España. (15)
Pedí la palabra y hablé. Comencé con el saludo a los gladiadores romanos al César. Traté a Prieto como un adversario aunque él se había comportado como un enemigo. Pero yo gozaba el desdén magnífico de no dignarme a ser enemigo suyo. Comprendía su posición y su papel, pero reconocía y me explicaba el empuje con que me combatió, él, que empezaba a subir la escalera de Jacob cuyos peldaños más altos se pierden en la gloria. La gloria para Prieto es la Presidencia del Consejo de Ministros, con la que, de paso, pensaba matar de envidia a su "camarada" Largo Caballero. Fui tan benévolo con él que le ascendí de simple gato montés a león joven.
La pequeña historia de España. (14)
Por estas causas y por otras, yo he sido, sigo siendo y seré, un fervoroso amante del Ejército, subordinado al servicio de la Patria. Lo que no he sido nunca, ni lo soy, ni lo seré, es "antimilitarista". Si por amor a la supremacía del Poder civil, he sido, soy y seré "anticlerical", es decir enemigo de la intervención y participación privilegiadas de la Iglesia en el Estado, por amor a la supremacía del poder civil he sido, soy y seré antimilitarista, es decir, enemigo de la intervención y participación sistemáticas y privilegiadas del Ejército en el Estado.
martes, 13 de julio de 2010
La pequeña historia de España. (13)
Sigo con los retazos del libro que escribió Alejandro Lerroux.
Habían oído hablar de mis antiguas propagandas anticlericales, trillados caminos por donde se han iniciado tantos militantes de la democracia. Nadie habría ido a decir a ésas y otras humildes monjitas, que yo, a imitación del Maestro -perdón por la jactancia-, soy tan anticlerical como Jesús, con las disciplinas en el atrio del templo, pero no más, ni hago del anticleralismo fundamento y razón de mi política, que aspiraba solamente a "darle al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios" también obedeciendo a Cristo.
Habían oído hablar de mis antiguas propagandas anticlericales, trillados caminos por donde se han iniciado tantos militantes de la democracia. Nadie habría ido a decir a ésas y otras humildes monjitas, que yo, a imitación del Maestro -perdón por la jactancia-, soy tan anticlerical como Jesús, con las disciplinas en el atrio del templo, pero no más, ni hago del anticleralismo fundamento y razón de mi política, que aspiraba solamente a "darle al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios" también obedeciendo a Cristo.
La pequeña historia de España. (12)
El partido radical, fundado por mí en el año 1907, era la única organización republicana con carácter nacional que existía en España y tenía representación en todas las provincias. Núcleos de importancia local o regional sólo quedaba el de Valencia.
Con mi partido había que contar para toda empresa política. Se había cumplido la profecía que tuve la osadía de hacer, apenas nacido, desde la tribuna parlamentaria, cuando dirigiéndome a los jefes monárquicos dije:
"En lo sucesivo podréis gobernar contra mí, pero sin mí no podréis gobernar".
jueves, 8 de julio de 2010
La pequeña historia de España. (11)
Yo había nacido en La Rambla, partido judicial de la provincia de Córdoba, que con el de Posadas formaba un distrito electoral. De mi pueblo salí a los 40 días y no volví cumplidos los 40 años, cuando ya se había dibujado mi personalidad política en el escenario de la vida pública. Ni la heredé, ni me la regalaron, ni la improvisé. En La Rambla empezaron a conocerme el juez y el cura de la parroquia donde me bautizaron, por el sinnúmero de certificaciones y partidas de bautismo que durante mi época de periodista activo y combatiente, los jueces que me procesaban en Madrid reclamaban de aquellas autoridades. Después los azares marciales y pintorescos de mis luchas con el cortejo de prisiones, emigraciones, etcétera... y mis primeras campañas en el parlamento, acrecentaron mi fama.
Los distritos rurales, generalmente de arquietctura caciquista, aspiraban a tener a su servcicio "personajes" de influencia que, a cambio del acta de diputado, los protegiese y fuese agente y procurador de sus intereses.
Con todo, la primera vez, mayor de edad y diputado, fui a La Rambla, me recibieron a pedradas y a duras penas encontré dónde alojarme. La segunda vez pude hablar desde el balcón del Ayuntamiento. La tercera me acogieron bajo palio o poco menos, música y cohetes. No hay que decir cómo me trataron cuando fui ministro...
lunes, 5 de julio de 2010
La pequeña historia de España. (10)
Los republicanos históricos queríamos haber fundado un régimen nacional, es decir, para todos los españoles; democrático, es decir, sin privilegios; liberal, es decir, que respetase el derecho ajeno y fuese accesible a todos los ciudadanos.
domingo, 4 de julio de 2010
La pequeña historia de España. (9)
A los auténticos intelectuales, legítimos prestigios del país, procedentes de la cátedra y del foro, se les abrieron los brazos con ese generoso sentimiento de la democracia que parece buscar en la selección de sus mejores la aristocracia natural, legítima, la garantía moral y la dirección y gobierno de la inteligencia para el cumplimiento de su misión.
sábado, 3 de julio de 2010
La pequeña historia de España. (8)
A ello se opusieron los gobernantes de la monarquía que, apenas levantada mi bandera y promulgado mi programa, me combatieron sañudamente, protegieron a mis enemigos, me derrotaron en unas elecciones y, viéndome sin la inmunidad parlamentaria, lograron que los tribunales me condenaran en un resucitado proceso por delito de imprenta. Para evitar ocho años y un día de prisión tuve que vivir dos emigrado en Europa y en América.
La pequeña historia de España. (7)
Había conseguido por una labor perseverante y personalista de propaganda y organización que comencé hace treinta años, constituir un partido republicano de amplitud nacional. Recorrí toda España incorporándome masas populares que logré separar de los focos extremistas revolucionarios. El Partido Republicano Radical llegó a ser una fuerza política liberal, democrática, progresiva, de sentido gubernamental. Se agregaron también elementos de la clase media y de las profesionales liberales que, por espontánea selección, formaron pronto un estado mayor.
Gran oportunidad fue aquélla para haber agrupado a la nueva generación en una extensa y auténtica democracia nacional, plasmada sobre moldes nuevos, hasta donde ello fuera posible en un país que no ha pasado por las experiencias y evoluciones que fraguaron tan consistentes y duraderas de los pieblos como Inglaterra, Francia y Estados Unidos.
Gran oportunidad fue aquélla para haber agrupado a la nueva generación en una extensa y auténtica democracia nacional, plasmada sobre moldes nuevos, hasta donde ello fuera posible en un país que no ha pasado por las experiencias y evoluciones que fraguaron tan consistentes y duraderas de los pieblos como Inglaterra, Francia y Estados Unidos.
viernes, 2 de julio de 2010
La pequeña historia de España. (6)
Se puso de moda llamarse socialista, y algunos lo adoptaron como segundo apellido, pero mucho señorito de provincias se afilió directamente al socialismo y al sindicalismo de diversas tendencias, al mismo compás con que los Gobiernos elaboraban leyes de reforma social con precipitación excesiva, que demostraba más pronto miedo a la amenaza de la revolucón proletaria que amor al proletariado y a la justicia social.
jueves, 1 de julio de 2010
La pequeña historia de España. (5)
La clase media, anegada en el rebaño de la "masa neutra", y retraídos o disfrazados en sus empleos los profesionales de las ciencias y las artes; los intelectuales por antonomasia, afectando a los unos el desdén de su superioridad de clase, y los otros cultivando como "dilettantes" sus preferencias en la regalada comodidad de sinecuras burocráticas, o prefiriendo la feliciciad de la crítica banal y sin finalidad a la abnegación creadora del magisterio por el trabajo y por el ejemplo.
Entre unos y otros habían dejado acéfalos a los partidarios de acción, que seguían convirtiendo en virtud y en cualidad la consecuencia de solfear eternamente sobre los mismos pentagramas en que aprendieron el himno de Riego y la Marsellesa.
La pequeña historia de España. (4)
Así se explica que en España el pronunciamiento que estableció la Dictadura militar el 13 de septiembre de 1923 fuese acogido por el país sin desagrado y hasta con simpatía. Había que restablecer el orden como primera, urgente necesidad. Y se restableció el orden, un orden... El caso es que durante siete años consecutivos no hubo crímenes sociales sino el que sirvió de escarmiento por su represión justa y fulminante. Tampoco hubo lucha de clases. Cesaron las huelgas, dieron tregua los partidos políticos y alguno, como el socialista, colaboró sin rebozo en la obra de la Dictadura. En fin, reinó la paz, una paz...
La pequeña historia de España. (3)
Las campañas coloniales, las guerras civiles, los sacrificios revolucionarios, los desastres de Marruecos, la baja política y las luchas sociales había llegado a producir ne le alma nacional como un cansancio de vejez. De su fondo surgían ansias de paz y deseos de orden. Lo mismo le daba un régiemn que otro. Ninguno tenía legiones, ni héroes, ni mártires, porque la masa neutra predominante carecía de fe, la fe que mueve las montañas, según el Evangelio. Lo que quería era paz y orden.
domingo, 27 de junio de 2010
La pequeña historia de España. (2)
A la vez, se inició la campaña contra los políticos y la política que ha sido el recurso oratorio de los críticos de pacotilla en los mítines obreros y socialistas de todas las plumas de casa y boca en la prensa. Aquellos hombres públicos de otros tiempos que adquirieron experiencia y competencia honrándose con los cargos de concejales, diputados provinciales y gobernadores civiles antes de llegar a las Cortes, y, después, desempeñando direcciones generales y subsecretarías, para ocupar ya maduros, carteras ministeriales y gobernar con pleno conocimiento de la ley, de la administración y de los problemas nacionales, aquellos hombres públicos desparecieron y los ayuntamientos fueron monopolizados por el caciquismo rural explotador y logrero y las diputaciones provinciales por los representantes vitalicios en Cortes, comenzando la época de los gobernadores civiles ineptos y los directores generales incompetentes y los subsecretarios incapaces y los ministros improvisados.
La pequeña historia de España
A partir de hoy os iré colgando extractos de "La pequeña historia de España" el libro que escribió Alejandro Lerroux en 1.937.
El día 14 de abril de 1931 se pasó en España de la Monarquía a la República como si amaneciese, sin una alteración del orden público, en medio del más elegante respeto a las personas y a las cosas, en una elevada temperatura de entusiasmo, desbordadas la alegría popular y la fraternidad más espontáneas por todo y para todos, perfilándose el pueblo español en las perspectivas de la Historia con noble ademán caballeresco al inclinarse galantemente y respetuoso ante la majestad caída. Y yo me pregunto, como debe preguntarse el mundo entero, asombrado y lleno de horror ante el espectáculo que ofrece nuestro país, ¿qué ha pasado en el alma popular para que en el breve espacio de cinco años todo ese esplendor espiritual haya desaparecido y los caballeros de ayer se hayan convertido en los rufianes de hoy y los hermanos en verdugos de sus hermanos y la democracia en demagogia y la mitad del pueblo español en una horda de salvajes?
El día 14 de abril de 1931 se pasó en España de la Monarquía a la República como si amaneciese, sin una alteración del orden público, en medio del más elegante respeto a las personas y a las cosas, en una elevada temperatura de entusiasmo, desbordadas la alegría popular y la fraternidad más espontáneas por todo y para todos, perfilándose el pueblo español en las perspectivas de la Historia con noble ademán caballeresco al inclinarse galantemente y respetuoso ante la majestad caída. Y yo me pregunto, como debe preguntarse el mundo entero, asombrado y lleno de horror ante el espectáculo que ofrece nuestro país, ¿qué ha pasado en el alma popular para que en el breve espacio de cinco años todo ese esplendor espiritual haya desaparecido y los caballeros de ayer se hayan convertido en los rufianes de hoy y los hermanos en verdugos de sus hermanos y la democracia en demagogia y la mitad del pueblo español en una horda de salvajes?
domingo, 16 de mayo de 2010
viernes, 7 de mayo de 2010
Zapatero: "España está a punto de salir de la crisis, si no lo ha hecho ya"
Está claro que al Presidente de España le hacen cuatro fotos dándole un poco de protagonismo y se le cruzan los cables. "España está a punto de salir de la crisis, si no lo ha hecho ya". Igual piensa que un día se despertará y todo se habrá solucionado por arte de magia.
lunes, 19 de abril de 2010
lunes, 5 de abril de 2010
viernes, 2 de abril de 2010
El señor Montilla y su vecina, la señora García
Carta al lector publicada en ABC.
Señor Montilla, tiene una conversación pendiente con la señora García. ¿No recuerda quién es?
La señora García era su vecina Juana, Juana García. Aquella vecina del 4º 1ª del bloque de viviendas del barrio de San Ildefonso de Cornellá, barriada de la periferia de Barcelona al que usted llegó desde Iznájar.
Cuando tenga a bien mantener una conversación con ella, dígale que ella ha dejado de tener libertad individual y que usted habla por ella y que, además, ahora todo lo que ella diga o haga será para romper su relación con España. Dígale que dejará de ser española.
Dígale que la catalanidad impuesta por usted y los de su calaña es democrática. Dígale que si no acepta la normalización pancatalanista vestida de nacionalsocialismo no podrá ser considerada ciudadana de una parte de España que se llama Cataluña. Dígale que algunos pretenden identificar ese trocito de España con un país independiente amparándose en mentiras, falacias, engaños y saqueos.
Dígale que esas cuatro patas sustentan una construcción nacional con grandes ansias de centrifugar y depurar a los que no están por la labor de colaborar en sus ansias imperialistas, desarrollando un Estatuto plagado de inconstitucionalidad.
Dígale a su vecina Juana que cuando vote no busque la papeleta del PSOE, porque el PSOE no se presenta en Cataluña y que Felipe González ya no es el candidato.
Turruchel Alcantud
Cornellá (Barcelona)
martes, 30 de marzo de 2010
Jurar por jurar.
Aquí vemos a Zapatero jurando la Constitución. Recordemos que también ratificó en el Parlamento un Estatut anticonstitucional...Jurar por jurar...
sábado, 27 de marzo de 2010
¿Lengua propia o apropiada?
Fernando Savater en El País.
Hace varios lustros asistí en la Universidad de Minnesota a un congreso sobre las nacionalidades en la España actual (o sea, en la de entonces que es también la de ahora, agravada). Asistían representantes de cada una de ellas y también algunos españoles que nos considerábamos "sin" -como las cervezas de 0'0 alcohol- frente a la borrachera identitaria reinante. Se profirieron las habituales quejas sobre la marginación de sus lenguas por parte de nacionalistas catalanes, vascos y gallegos, mejor o peor justificadas. Pero la temperatura del simposio subió hasta el acaloramiento dramático cuando intervino el representante andaluz, que era un poeta si no recuerdo mal. Sostuvo que la situación de su nacionalidad era más desesperada y agónica que las otras, "porque nosotros no tenemos lengua propia". ¡Quién lo hubiera dicho! Recordando mi última visita a Sevilla y a mi padre granadino, que hablaba con razonable fluidez, pensé: "¡Pues se la habrá comido el gato!"
Me ha venido a la memoria esa ocasión americana al leer el mes pasado en Deia la "Carta abierta a Joseba Arregui" (10-2-2010) del señor Marín Guruceaga, profesor y físico. Entre otras cosas jugosas y dignas de comentario, dice: "Por mi parte no hablo mi propia lengua -el euskera- pero te garantizo que he colaborado, a lo largo de toda mi vida profesional, para que muchos y muchas la aprendieran". Y después continúa, algo contrito: "Mis clases las imparto en castellano. No leo poesía en la lengua de Orixe, pero disfruto oyendo a los bertsolaris, con la inestimable ayuda de un traductor". Se nota la incomodidad que esta declaración causa al señor Marín Guruceaga, pero a mí me deja un tanto asombrado. ¿Cómo puede ser que alguien no hable su lengua propia? ¿Por qué la llama "propia" si no la habla? ¿Cómo denomina entonces a la lengua que realmente habla? No discuto el interés que siente por el euskera y su promoción, que me parece muy respetable, pero que lo tenga por su lengua propia será algo quizá políticamente explicable aunque en el campo estrictamente idiomático resulta desde luego... impropio. Y hasta descortés, digo yo, con la lengua que efectivamente es la suya.
Se trata sin embargo de un equívoco que no cesa de extenderse. Por lo visto -en Euskadi, Cataluña, Galicia y otras autonomías en busca de algo irreductible que vender en el mercado de las identidades- los nacionalistas y asimilados llaman "lengua propia" no a la materna o a la que la gente prefiere hablar, sino a la que ellos consideran apropiada para consolidar la singularidad del miniestado que quieren administrar. Así se explica la inmersión lingüística, las disposiciones coactivas sobre rotulación de comercios o doblaje de películas, los Parlamentos autonómicos en los que se prefiere chapurrear malamente a hablar en castellano y tantas otras cosas: hay que convertir por las buenas o por las malas lo políticamente apropiado en lingüísticamente propio. Si no se toman las medidas adecuadas, la gente puede equivocarse de lengua, preferir la común del Estado o la que mayores posibilidades de entendimiento universal ofrece, dejar en segundo lugar a la que más conviene a los gestores de su campanario. Si la desafección de los hablantes no garantiza la hegemonía cultural que se busca -diferencial e identitaria- hay que asegurarla por la vía institucional, caiga quien caiga: al final el rostro remiso terminará pareciéndose a su retrato preestablecido, faltaría más.
Hace varios lustros asistí en la Universidad de Minnesota a un congreso sobre las nacionalidades en la España actual (o sea, en la de entonces que es también la de ahora, agravada). Asistían representantes de cada una de ellas y también algunos españoles que nos considerábamos "sin" -como las cervezas de 0'0 alcohol- frente a la borrachera identitaria reinante. Se profirieron las habituales quejas sobre la marginación de sus lenguas por parte de nacionalistas catalanes, vascos y gallegos, mejor o peor justificadas. Pero la temperatura del simposio subió hasta el acaloramiento dramático cuando intervino el representante andaluz, que era un poeta si no recuerdo mal. Sostuvo que la situación de su nacionalidad era más desesperada y agónica que las otras, "porque nosotros no tenemos lengua propia". ¡Quién lo hubiera dicho! Recordando mi última visita a Sevilla y a mi padre granadino, que hablaba con razonable fluidez, pensé: "¡Pues se la habrá comido el gato!"
Me ha venido a la memoria esa ocasión americana al leer el mes pasado en Deia la "Carta abierta a Joseba Arregui" (10-2-2010) del señor Marín Guruceaga, profesor y físico. Entre otras cosas jugosas y dignas de comentario, dice: "Por mi parte no hablo mi propia lengua -el euskera- pero te garantizo que he colaborado, a lo largo de toda mi vida profesional, para que muchos y muchas la aprendieran". Y después continúa, algo contrito: "Mis clases las imparto en castellano. No leo poesía en la lengua de Orixe, pero disfruto oyendo a los bertsolaris, con la inestimable ayuda de un traductor". Se nota la incomodidad que esta declaración causa al señor Marín Guruceaga, pero a mí me deja un tanto asombrado. ¿Cómo puede ser que alguien no hable su lengua propia? ¿Por qué la llama "propia" si no la habla? ¿Cómo denomina entonces a la lengua que realmente habla? No discuto el interés que siente por el euskera y su promoción, que me parece muy respetable, pero que lo tenga por su lengua propia será algo quizá políticamente explicable aunque en el campo estrictamente idiomático resulta desde luego... impropio. Y hasta descortés, digo yo, con la lengua que efectivamente es la suya.
Se trata sin embargo de un equívoco que no cesa de extenderse. Por lo visto -en Euskadi, Cataluña, Galicia y otras autonomías en busca de algo irreductible que vender en el mercado de las identidades- los nacionalistas y asimilados llaman "lengua propia" no a la materna o a la que la gente prefiere hablar, sino a la que ellos consideran apropiada para consolidar la singularidad del miniestado que quieren administrar. Así se explica la inmersión lingüística, las disposiciones coactivas sobre rotulación de comercios o doblaje de películas, los Parlamentos autonómicos en los que se prefiere chapurrear malamente a hablar en castellano y tantas otras cosas: hay que convertir por las buenas o por las malas lo políticamente apropiado en lingüísticamente propio. Si no se toman las medidas adecuadas, la gente puede equivocarse de lengua, preferir la común del Estado o la que mayores posibilidades de entendimiento universal ofrece, dejar en segundo lugar a la que más conviene a los gestores de su campanario. Si la desafección de los hablantes no garantiza la hegemonía cultural que se busca -diferencial e identitaria- hay que asegurarla por la vía institucional, caiga quien caiga: al final el rostro remiso terminará pareciéndose a su retrato preestablecido, faltaría más.
sábado, 20 de marzo de 2010
miércoles, 17 de marzo de 2010
jueves, 11 de marzo de 2010
miércoles, 10 de marzo de 2010
viernes, 5 de marzo de 2010
miércoles, 3 de marzo de 2010
lunes, 1 de marzo de 2010
domingo, 28 de febrero de 2010
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