viernes, 30 de diciembre de 2011
Chantaje y violencia
ETA había creado sin duda alguna un modelo integrado por el circuito qe durante muchos años ha parecido lleno de nacionalismos totalitarios que alientan o anidan en España. La impresión de que una reivindicación nacionalista sólo puede tomarse en serio si llega respaldada por el chantaje y la violencia está ampliamente extendida.
Movimientos cívicos, CARLOS MARTÍNEZ GORRIARÁN
miércoles, 28 de diciembre de 2011
lunes, 26 de diciembre de 2011
El terror
¿Por qué fue tan escasa la resistencia activa contra la violencia política hasta los años noventa? Varios factores coincidieron para entender la pasividad y hacerla parecer incluso respetable. El primero de ellos fue, sin duda alguna, el prestigio del terrorismo como actividad admirada y temida, capaz de fascinar a sus posibles víctimas. Se ha observado con mucha lucidez que personajes como Hitler, Stalin o Mao no eran admirados a pesar de sus crimenes sino precisamente por ellos. El terror es muy eficaz a la hora de conseguir adhesiones transformadas en culto aterrorizado a los profetas y ejecutores de las peores violencias. Una vez descartada la oposición activa o pasiva, es más fácil adaptarse a la situación convirtiendo el miedo en sumisión voluntaria, incluso entusiasta.
Movimientos cívicos, CARLOS MARTÍNEZ GORRIARÁN
viernes, 23 de diciembre de 2011
Nadie es más que vosotros
Mi padre nos habló de la Guerra Civil; pero nunca nos enseñó a odiar. Tampoco quiso que la ganáramos con efectos retroactivos. Nos enseñó a pensar en el futuro. Quiso que conociéramos y que recordáramos para que la historia nunca se repitiera. Aprendí con él lo que significa elegir y ser elegido. El orgullo y la responsabilidad que ambas decisiones conllevan. Aprendí lo que representa el deber de acatar leyes, de defender el orden democrático establecido. Aprendí a respetar a quien no piensa como yo sin renunciar nunca a defender mis propias ideas. Mi padre nos solía decir: "Hijos, no sois más que nadie; pero nadie es más que vosotros. No lo olvidaré nunca."
Rosa Díez en el discurso de presentación oficial de UPyD.
Defender la libertad
Hacer política, defender la libertad, no ha sido nunca fácil. Tampoco lo ha sido para los españoles de mi generación que vivimos en el País Vasco, que tenemos allí a nuestras familias y que defendemos desde cualquier foro nacional o europeo los valores constitucionales. Lo más doloroso, los momentos más duros de mi actividad política, los he vivido precisamente por el lugar en el que ha transcurrido mi vida. He asistido a demasiados funerales. He borrado demasiados números de teléfono de mi agenda. He sido testigo de demasiado dolor, de demasiadas injusticias. Durante demasiados años he visto cómo las familias de las víctimas de ETA iban a recoger, en la más absoluta soledad, los cadáveres de sus hijos, de sus hermanos, de sus maridos. He visto cómo se celebraban sus funerales, solos, sin el menor calor humano. Sólo los uniformados, la familia y unos poquitos más se juntaban alrededor del humilde féretro. No recuerdo los nombres de las víctimas, pero recuerdo las caras de sus seres queridos. Caras perplejas, rotas de dolor. Y de miedo.
ROSA DÍEZ
miércoles, 21 de diciembre de 2011
Laicismo identitario
Quisiéramos un Estado también laico en materia identitaria, donde las instituciones no presionen ilícitamente a los ciudadanos para que se integren contra su voluntad en determinado modelo de identidad, supuestamente cultural o lingüística pero normalmente nacionalista.
Manifiesto fundacional de UPyD.
lunes, 19 de diciembre de 2011
Que nadie esté obligado a votar siempre lo mismo.
"Partimos de un supuesto revolucionario: que los ciudadanos no nacen siendo ya de izquierdas o de derechas ni con el carnet de ningún partido en los pañales. Vamos aún más lejos, a riesgo de escandalizar a los timoratos: consideramos los ciudadanos capaces de pensar por sí mismos y de elegir en consecuencia, de acuerdo con las ofertas de los partidos y su experiencia de la situación histórica que vivimos. Por tanto no creemos que nadie esté obligado a votar siempre lo mismo o a resignarse a las opciones políticas vigentes, cuando ya le han decepcionado anteriormente".
Manifiesto fundacional de UPyD.
jueves, 15 de diciembre de 2011
miércoles, 14 de diciembre de 2011
¿Por qué miente Carme Chacón?
Chacón confunde catalán con catalanista excluyente. Chacón confunde bilingüismo con la imposición del castellano. No puedo creer que una política de su nivel pueda cometer tales errores ni tener tal desconocimiento del movimiento no nacionalista, entonces ¿Por qué miente Carme Chacón?
martes, 13 de diciembre de 2011
Por generación espontánea
"Para los teorizadores de la identidad vasca y también algunos de la española, la cuestión de cómo llegaron los primeros pobladores a sus regiones de asentamiento definitivo, aquellas identificadas hoy con las fronteras españolas o las de ese mapa de Euskal Herria que circula tan campante por los libros de texto escolares y los programas meteorológicos de prensa y televisión, tiende a ser suplantada por la de investigar a los primeros pobladores de las cuevas tanto del País Vasco como de España, pensando que esos pobladores fueron los primeros vascos o los primeros españoles y que antes de ellos no hubo nadie más, que surgieron ahí por generación espontánea, sin relación conocida con sus ascendientes africanos. Allá ellos."
La identidad mestiza, PEDRO JOSÉ CHACÓN
lunes, 12 de diciembre de 2011
Ningún motivo para sentirme solo
Y no sabía que lo que yo sentía, en mi habitación, lamentándome de la época y el lugar que me había tocado vivir, era lo que vivían, y sentían, aunque de muy diferentes modos, como comportaba entonces y comprobaría después también, muchos jóvenes de mi edad, que formábamos una mayoría sociológica respecto de todos los demás grupos de edad, sobre todo respecto de los nativos que reivindicaban ostentosamente para sí la representación exclusiva de todo lo vasco; una mayoría soicológica que no era consciente (ni hoy tampoco, creo) de sí misma, y de que quienes la integramos vivimos y sentimos desde un punto de partida prácticamente igual, ya que todos somos hijos de la inmigración. Sobre todo yo no sabía lo más importante y nadie pudo ayudarme, ni venir a decírmelo (quizás tampoco le hubiera creído entonces, de habérmelo dicho alguien, porque no me fiaba ya de nadie): que no tenía absolutamente ningún motivo para sentirme solo, aunque tuviera tantos para sentirme tan desamparado com me sentía.
La identidad mestiza, PEDRO JOSÉ CHACÓN DELGADO
Ya no hubo más héroes
Gregorio Ordóñez, con su figura rechoncha, pero airosa, fresca, bien encarada, salió diciendo por televisión lo que mucha gente pensaba: el hartazgo, la sensación de que ya estábamos todos hasta los mismísmos de tanto cinismo, de tanta hipocresía, de tanto hacernos tragar ruedas de molino. La más gorda de todas probablemente era la de explicar (y justificar) los atentados perfectamente planificados en tiempo, lugar y forma contra víctimas desprotegidas como si fueran consecuencias normales, casi necesarias, fácilmente previsibles y a la vez imprevistas y comprensibles del conflicto. Pero a este señor lo mataron de una manera muy calculada y buscando unas consecuencias muy previsibles, o porque con él se nos fue la esperanza por mucho tiempo, a algunos para siempre. Ya no hubo más héroes. A partir de ahí los que salieron ya sabíamos que no iban a pecho descubierto. Todos con guardaespaldas, todos bien protegidos, y el que no iba así lo mataban, así de triste, así de real.
Laidentidad mestiza, PEDRO JOSÉ CHACÓN DELGADO
domingo, 11 de diciembre de 2011
Ese muñeco real llamado España
"Pero aquí tuvimos la desgracia de asistir al nacimiento y desarrollo de un grupo de iluminados que se consideraron depositarios de la verdad absoluta y fueron impartiendo, a golpe de bombazo y tiros en la nuca, su doctrina a diestro y siniestro. Evidentemente el beneficiado neto de todo esto ha sido, como es de dominio público, el nacionalismo vasco gobernante. Se estableció un régimen de terror en el que los cómplices fueron o fuimos todos, unos por decisión propia de implantarlo y sostenerlo, otros por miseria moral de sacar beneficio de él sin denunciarlo a tiempo y de manera contundente, creíble, otros convirtiéndose en sus voceros y defensores públicos para salvar el pellejo y de paso aliviar su miseria intelectual y sobre todo moral, otros, en fin, por miedo naturalmente, que siempre es cobarde por definición, y que cuando no es cobarde y responde a causas reales sólo se puede combatir con imprudencias, desatinos o, finalmente, con el martirio. Los que no lo contarán nunca es porque padecieron en sus propias carnes las consecuencias de ese terror. Individuos caídos en desgracia porque pasaron a ser, de la noche a la mañana, sin darles tiempo siquiera a ajustar cuentas con su propio pasado, cuerpo y sangre de ese muñeco real llamado España, con el que desde el País Vasco una panda de lunáticos se juramentó para hacer vudú".
La identidad mestiza, PEDRO JOSÉ CHACÓN
Esto no se acaba de entender
"Todo se cifra en una realidad que no se ha acabado por asumir en el ambiente intelectual, social y cultural común de toda España. Y lo digo como problema grueso que afecta a la convivencia y a la gestión política y cultural sobre todo. Mientras esto no se entienda y se asuma no hay nada que hacer. A saber. Desde las grandes migraciones y movimientos de población que hubo en el interior de España con motivo de los inicios de la industrialización, a finales del XIX y también a mediados del XX, todo cambió de una manera tan drástica y tan para siempre, que desde entonces acá ya no podemos seguir hablando de Cataluña y del País Vasco como antes. Esto no se acaba de entender".
La identidad mestiza, PEDRO JOSÉ CHACÓN.
La identidad mestiza, PEDRO JOSÉ CHACÓN.
Antiespañolismo visceral
"En todos estos años transcurridos de presencia maketa abrumadora en el País Vasco, múltiples y variadas han sido las formas y maneras en que los vascos nativos, los convertidos a partir de entonces en nacionalistas, nos han hecho saber que ellos son los legítimos moradores de este país. Junto a ese mensaje ha habido también, sobre todo en la última parte de esta historia, algún intento de convencer al maketo de lo bueno que es para él transformarse en vasco. Obviando los métodos empleados para este fin, toda esta pretendida integración de los maketos en el País Vasco está lastrada de antemano por una característica singular del nacionalismo vasco, que en ningún caso ha tratado de disimular, sino todo lo contrario: su antiespañolismo visceral".
La identidad mestiza, PEDRO JOSÉ CHACÓN
sábado, 10 de diciembre de 2011
Inmigrantes miserabilizados
Esos movimientos -que van desde el voluntariado confesional hasta cierto radicalismo dramático- se postulan como mediadores -cabría decir mejor cortafuegos- entre los poderes político-económicos y los sectores sociales conflictivos, representando a los primeros ante los segundos y usurpando la voz de los segundos ante los primeros. Periódicamente, el ciudadano medio es colocado por la administración y las ONG que de ella dependen ante puestas en escena cuyo tema es la pluralidad humana, la misma que podemos ver desplegándose a diario a nuestro alrededor en la calle, en los mercados, en los transportes públicos, pero que es de pronto instalada entre comillas por las correspondientes fiestas de la diversidad, en recintos cerrados y de pago, en los que el visitante es invitado a mirar, como si fuese un turista de visita o un consumidor que pasea por un centro comercial, las expresiones culturales remotas que han venido a vivir en lo que nunca deja de pensar como su casa. "En las fiestas de la diversidad y en las escuelas multiculturales aprendemos las recetas de cocina del "otro", las fechas de su calendario y los nudos de su kimono o de su chador. Bajo tanto exotismo se cierra el espacio para las verdaderas preguntas: ¿Cuándo saliste de tu casa? ¿Qué has dejado allí? ¿Qué has encontrado? ¿Cuánto ganas? ¿Estás sola?" Esta diferencia que se nos muestra en los grandes bazares multiculturales es una diferencia desactivada, inofensiva, de juguete, sin ninguna capacidad cuestionadora, rendida al servicio de la sociedad multicolor y polifacética, en la que los inmigrantes miserabilizados se convierten en sonrientes figurantes de un spot de promoción de una sociedad armoniosa y debidamente desconflictivizada.
Sociedades movedizas, MANUEL DELGADO.
miércoles, 7 de diciembre de 2011
De nostálgicos...
Me intentan insultar llamándome "español nostálgico". Intentan insultarme diciendo que añoro una España pasada. La gracia es que siempre me lo gritan quienes rememoran la Catalunya de hace más de mil años. Nostalgias...
lunes, 28 de noviembre de 2011
lunes, 7 de noviembre de 2011
sábado, 5 de noviembre de 2011
lunes, 19 de septiembre de 2011
lunes, 12 de septiembre de 2011
Una España, diecisiete españoles
La opinión de Manuel Martín Ferrand en ABC.
Dice Miquel Roca que «España es y debe ser reconocida como una realidad compleja». Así es en verdad y así viene siendo desde que Abderramán II, en Córdoba, festejaba chupando espárragos blancos como la nieve la llegada de la primavera, antes de que en la ribera del Ebro, donde hoy se cultivan los mejores, supieran de la existencia de un fruto tan apetecible como el que trajo al Califato un pintoresco andaluz del siglo IX, Zuryáb. El hecho de la complejidad, síntoma de riqueza en el muestrario, no debiera ser génesis de problemas mayores y si estos surgen es en función del empecinamiento igualitario con el que se trata de neutralizar —¿anular?— el festín de las diferencias.
Desde la Constitución de Cádiz, heredera de viejos demonios familiares, hemos reforzado un asfixiante centralismo que alcanzó su culmen en la última Guerra Civil, en la que las diferencias básicas entre los dos bandos eran ideológicas, pero sin enmiendas mayores a la condición jacobina del Estado.
Después, a la muerte de Francisco Franco, era indispensable una enérgica descentralización administrativa y política y, en ese entendimiento, el Título VIII de la Constitución del 78 marcó un camino que los hechos han ido distorsionando para, con trucos estatutarios, burlar los imprecisos límites que establece la Gran Norma.
Hay algo perverso en lo ideológico cuando se pretenden valorar en demasía algunos matices diferenciales. Por ejemplo, el disco más vendido estas últimas semanas —10.000 copias— entre todos los editados en España es obra del cuarteto Manel, 10 milles per veure una bona armadura. En puridad ese hecho tiene más de mercantil que de cultural, nada de nacionalista y menos que nada de separatismo centrifugador; pero si se enfatiza en la circunstancia menor de que es la primera vez que un grupo folk catalán alcanza el récord español de ventas, algo que no pasaba desde que Joan Manuel Serrat cantara D'un temps d'un paí, el fenómeno adquiere otra dimensión.
Café para todos
Seguramente la torpe doctrina del «café para todos» que, en los días constituyentes, anuló la más pragmática de «la tabla de quesos», es fuente de conflicto. Es natural que quienes somos diferentes en clima, tradiciones, alimentos, historia y hasta en voluntad queramos señalar nuestra diferencia. El problema deja de ser espiritual cuando cabe preguntar: ¿quién paga esas diferencias? Un médico de atención primaria del servicio andaluz de salud cobra por una guardia continuada de 24 horas 424 euros. La misma prestación laboral en Murcia le supone al facultativo una retribución de 648 euros. Eso no tiene nada que ver ni con la Macarena ni con la Virgen de la Fuensanta y, menos aún, con la bulería o el arroz en caldero del Mar Menor.
En Murcia, por otra parte, el mantenimiento de las Administraciones Públicas supuso en 2010 un esfuerzo fiscal de 8.553 euros por habitante. Un dato que contrasta con los 10.642 que es la aportación de los catalanes para el mismo fin, sobre una media nacional de 9.617. Pero no es cosa de reducir a números lo que es más fácil entender con ideas. Las 17 autonomías en que se divide la realidad española presente son, seguramente, una necesidad construida por la erosión de la Historia. Ese no es el problema, ni debiera serlo. Cuando hace un siglo y tres cuartos Javier de Burgos acometió la división de España en medio centenar de provincias todo fueron desajustes y problemas y pueden leerse en los periódicos de la época encendidas críticas a tal división administrativa. La Constitución tiene poco más de 30 años, es muy joven. El tiempo y la buena voluntad podrán hacerla buena.
Nuevos caciques
El caos no está en el concepto, sino en el uso. Sobrevolando sobre la singularidad de algunas autonomías uniprovinciales, con menos población que algunas capitales de provincia, y de otras pluriprovinciales sin mayores vínculos históricos internos, el hecho de una España y 17 modos administrativos no funde sus males en la pluralidad, sino en la falta de diferenciación y competencias que se acumula entre los distintos órganos de las administraciones. Son muchos los que hacen la misma cosa, la repiten.
La descentralización tiene su coste, pero también sus ventajas. Tantas más cuanto más capilar sea ésta. El refuerzo presupuestario de los Ayuntamientos sería un bien para todos, pero sin repetir funciones y responsabilidades. Sobran, por ejemplo, las diputaciones provinciales que constituyen un anacronismo en la España Autonómica. El equilibrio entre lo local, lo regional y lo estatal ha de ser cuidado al máximo. Con argumentos de coste y eficacia y no como blasón para el escudo de los nuevos caciques, el más dañino de todos los efectos arrastrados por la Organización Autonómica del Estado, en la que sobran instituciones, organismos, empresas públicas y figuras artificiales para que, a diferencia con los caciques del XIX, que se pagaban el poder de su bolsillo, los del XXI operen con cargo al dinero de todos.
Denostar las autonomías sería un error, reconducirlas a su dimensión constitucional y dentro del rigor presupuestario constituye una demanda urgente. Nos lo exigen —con otras demandas desoídas— nuestros socios europeos, los que ya se disponen al rescate de Portugal y, sobre todo, lo demanda el sentido común. No es de fácil explicación que, en Castilla-La Mancha el déficit público sea el 6,47 por ciento de su PIB regional, y la deuda el 16,5, y que en el País Vasco el déficit sea del 2,24 y la deuda del 7,4. En este asunto se están mezclando churras con merinas, sentimientos con presupuestos y gastos, y así no sale bien la cuenta.
Dice Miquel Roca que «España es y debe ser reconocida como una realidad compleja». Así es en verdad y así viene siendo desde que Abderramán II, en Córdoba, festejaba chupando espárragos blancos como la nieve la llegada de la primavera, antes de que en la ribera del Ebro, donde hoy se cultivan los mejores, supieran de la existencia de un fruto tan apetecible como el que trajo al Califato un pintoresco andaluz del siglo IX, Zuryáb. El hecho de la complejidad, síntoma de riqueza en el muestrario, no debiera ser génesis de problemas mayores y si estos surgen es en función del empecinamiento igualitario con el que se trata de neutralizar —¿anular?— el festín de las diferencias.
Desde la Constitución de Cádiz, heredera de viejos demonios familiares, hemos reforzado un asfixiante centralismo que alcanzó su culmen en la última Guerra Civil, en la que las diferencias básicas entre los dos bandos eran ideológicas, pero sin enmiendas mayores a la condición jacobina del Estado.
Después, a la muerte de Francisco Franco, era indispensable una enérgica descentralización administrativa y política y, en ese entendimiento, el Título VIII de la Constitución del 78 marcó un camino que los hechos han ido distorsionando para, con trucos estatutarios, burlar los imprecisos límites que establece la Gran Norma.
Hay algo perverso en lo ideológico cuando se pretenden valorar en demasía algunos matices diferenciales. Por ejemplo, el disco más vendido estas últimas semanas —10.000 copias— entre todos los editados en España es obra del cuarteto Manel, 10 milles per veure una bona armadura. En puridad ese hecho tiene más de mercantil que de cultural, nada de nacionalista y menos que nada de separatismo centrifugador; pero si se enfatiza en la circunstancia menor de que es la primera vez que un grupo folk catalán alcanza el récord español de ventas, algo que no pasaba desde que Joan Manuel Serrat cantara D'un temps d'un paí, el fenómeno adquiere otra dimensión.
Café para todos
Seguramente la torpe doctrina del «café para todos» que, en los días constituyentes, anuló la más pragmática de «la tabla de quesos», es fuente de conflicto. Es natural que quienes somos diferentes en clima, tradiciones, alimentos, historia y hasta en voluntad queramos señalar nuestra diferencia. El problema deja de ser espiritual cuando cabe preguntar: ¿quién paga esas diferencias? Un médico de atención primaria del servicio andaluz de salud cobra por una guardia continuada de 24 horas 424 euros. La misma prestación laboral en Murcia le supone al facultativo una retribución de 648 euros. Eso no tiene nada que ver ni con la Macarena ni con la Virgen de la Fuensanta y, menos aún, con la bulería o el arroz en caldero del Mar Menor.
En Murcia, por otra parte, el mantenimiento de las Administraciones Públicas supuso en 2010 un esfuerzo fiscal de 8.553 euros por habitante. Un dato que contrasta con los 10.642 que es la aportación de los catalanes para el mismo fin, sobre una media nacional de 9.617. Pero no es cosa de reducir a números lo que es más fácil entender con ideas. Las 17 autonomías en que se divide la realidad española presente son, seguramente, una necesidad construida por la erosión de la Historia. Ese no es el problema, ni debiera serlo. Cuando hace un siglo y tres cuartos Javier de Burgos acometió la división de España en medio centenar de provincias todo fueron desajustes y problemas y pueden leerse en los periódicos de la época encendidas críticas a tal división administrativa. La Constitución tiene poco más de 30 años, es muy joven. El tiempo y la buena voluntad podrán hacerla buena.
Nuevos caciques
El caos no está en el concepto, sino en el uso. Sobrevolando sobre la singularidad de algunas autonomías uniprovinciales, con menos población que algunas capitales de provincia, y de otras pluriprovinciales sin mayores vínculos históricos internos, el hecho de una España y 17 modos administrativos no funde sus males en la pluralidad, sino en la falta de diferenciación y competencias que se acumula entre los distintos órganos de las administraciones. Son muchos los que hacen la misma cosa, la repiten.
La descentralización tiene su coste, pero también sus ventajas. Tantas más cuanto más capilar sea ésta. El refuerzo presupuestario de los Ayuntamientos sería un bien para todos, pero sin repetir funciones y responsabilidades. Sobran, por ejemplo, las diputaciones provinciales que constituyen un anacronismo en la España Autonómica. El equilibrio entre lo local, lo regional y lo estatal ha de ser cuidado al máximo. Con argumentos de coste y eficacia y no como blasón para el escudo de los nuevos caciques, el más dañino de todos los efectos arrastrados por la Organización Autonómica del Estado, en la que sobran instituciones, organismos, empresas públicas y figuras artificiales para que, a diferencia con los caciques del XIX, que se pagaban el poder de su bolsillo, los del XXI operen con cargo al dinero de todos.
Denostar las autonomías sería un error, reconducirlas a su dimensión constitucional y dentro del rigor presupuestario constituye una demanda urgente. Nos lo exigen —con otras demandas desoídas— nuestros socios europeos, los que ya se disponen al rescate de Portugal y, sobre todo, lo demanda el sentido común. No es de fácil explicación que, en Castilla-La Mancha el déficit público sea el 6,47 por ciento de su PIB regional, y la deuda el 16,5, y que en el País Vasco el déficit sea del 2,24 y la deuda del 7,4. En este asunto se están mezclando churras con merinas, sentimientos con presupuestos y gastos, y así no sale bien la cuenta.
sábado, 10 de septiembre de 2011
miércoles, 17 de agosto de 2011
martes, 2 de agosto de 2011
Bárbaros
viernes, 29 de julio de 2011
jueves, 28 de julio de 2011
miércoles, 27 de julio de 2011
domingo, 24 de julio de 2011
jueves, 21 de julio de 2011
Psicología social
Felipismo
Pero nunca he podido asumir la corrupción en nombre de la libertad, y por eso mi desencanto se acentuó en todo lo que escribí durante el primer mandato socialista -el felipismo-, cuando el gobernador del Banco de España robaba, el ministro del Interior robaba, el director de la Guardia Civil robaba y la directora del Boletín Oficial del Estado robaba. Cuando se instauraban los contratos eventuales (olvidando que la seguridad en el trabajo había sido esencial en la lucha obrera) y Corcuera reinstauraba leyes franquistas, como la de la detención a dedo y la de la "patada en la puerta". En nombre de todos los hombres que vi morir, en nombre de todas las mujeres que vi llorar y en nombre de todos los niños que vi crecer con una sombra en los ojos, yo no podía callar ante eso. Todos mis personajes hubieran sido falsos. De ese "desencanto" no me arrepiento, y cuando haga falta lo seguiré teniendo.
miércoles, 20 de julio de 2011
domingo, 17 de julio de 2011
martes, 12 de julio de 2011
viernes, 8 de julio de 2011
miércoles, 6 de julio de 2011
domingo, 3 de julio de 2011
Recordando la Constitución de todos los españoles.
Artículo 150.3:El Estado podrá dictar leyes que establezcan los principios necesarios para armonizar las disposiciones normativas de las Comunidades Autónomas, aun en el caso de materias atribuidas a la competencia de éstas, cuando así lo exija el interés general. Corresponde a las Cortes Generales, por mayoría absoluta de cada Cámara, la apreciación de esta necesidad.
jueves, 30 de junio de 2011
martes, 28 de junio de 2011
Siesta española
viernes, 24 de junio de 2011
miércoles, 22 de junio de 2011
España no se puede permitir el lujo de tener unas administraciones repetidas 17 veces.
Entrevista a Francisco Sosa Wagner, eurodiputado de UPyD.
viernes, 17 de junio de 2011
miércoles, 15 de junio de 2011
martes, 14 de junio de 2011
España, perdiste
"España, perdiste", es un libro del argentino Hernán Casciari donde con grandes dosis de humor narra una supuesta invasión de España por parte de los argentinos que aquí se han afincado. Os dejo un capítulo para alegraros el día.
Cuando Cristina no me ve, cuando se descuida, cuando baja la guardia o se duerme, unto el chupete de Nina en un tarro de dulce de leche Chimbote, y se lo pongo en la boca con gesto conspirativo. Entonces espero que mi hija deguste el manjar, que se le dilaten las pupilas, que haga esta especie de sonrisa triunfal y que se llene de genuina argentinidad.
—¡El pediatra ha dicho que solamente leche! —se queja la madre cada vez que descubre a su hija con la trompa marrón— ¡Que le van a salir parásitos, gilipollas!
—Pero son parásitos argentinos —le discuto—, que no le hacen mal a nadie.
Ella, la madre, juega con ventaja: tiene el contexto de su lado y casi no debe hacer esfuerzos para que su hija se empape de cultura catalana. Prende la tele y salen los Teletubbies diciendo “una abaçaaada“, por ejemplo. Vienen los abuelos y le dicen cosas con equis. Sale a la calle y los carteles están en ese idioma tan raro.
—Nos tendríamos que ir a vivir a un país neutral —le dije un día a la madre—. Viviendo acá ganás vos seguro. Nos tendríamos que ir a Chipre. A ver quién gana.
—Esto no es un partido de fútbol —me discute ella—. Además la niña 'es' catalana, viva donde viva.
—¡Una mierda! —me retobo— Es argentina, haya nacido donde haya nacido. Si fuera catalana no sería tan linda.
Aunque lucho a brazo partido, sé que tengo todas las de perder. Me cago en el contexto. Yo tengo que hacer malabares para darle el otro cincuenta por ciento de sangre a la criatura. Ya probé también de darle mate frío, para que empiece a descubrir los placeres de la vida, pero parece que los bebés de cuatro meses no entienden el tema de chupar cosas metálicas. El sistema del dulce de leche, en cambio, funcionaba muy bien.
Yo hubiera seguido con la Estrategia Chimbote, pero Cristina me amenazó: si yo continuaba en esa tesitura de ganarme la nacionalidad de Nina a través de los sabores, ella iba a empezar a ponerle crema catalana en la mamadera, y que al final no íbamos a tener ni una hija autóctona ni una hija argentina, sinó más bien una nena obesa. Entonces firmamos la primera tregua y, de mutuo acuerdo, desde el seis de agosto dejamos de sobornarla con gastronomía regional.
La batalla, en cambio, sigue viva. Ahora, que empezaron los Juegos Olímpicos, la guerra fría ha pasado al terreno de los símbolos patrios:
—Mirá, Nina —le digo—, esos chicos tan lindos que le están haciendo seis goles a Serbia somos nosotros: los argentinos —y me pego fuerte en el pecho, para que le quede claro.
—¿Ese es bonito? —ironiza Cristina, señalando a Tévez.
—Ese no es argentino, Nina. Ese es de Boca. Caca. Feo.
Nina mira la pantalla, y luego a nosotros. Procesa datos.
—¿Ves hija? —vuelvo a la carga yo, señalándole la tele— Ésos de rojo y amarillo son los únicos de Europa que no ganaron ninguna medalla. Gallegos. Caca. Feo.
—Ésos son españoles, Nina —le dice la madre, mostrándole fotos de Barcelona '92—: y nosotras somos catalanas. No te preocupes.
Entonces yo arremeto:
—¿Ves, mi amor? Esos que no aparecen por ningún lado, porque la Comisión Olímpica dice que ni siquiera son un país, tampoco ganaron ninguna medalla. Catalanes. Caca. Feo.
Y así podemos estar toda la tarde, mientras Nina nos mira seriecita, sopesando todas las posibilidades de nacionalización.
Pero desde que leímos en un libro sobre bebés que en cualquier momento la criatura se larga a hablar, el epicentro de la contienda bélica tiene una nueva baza, un flamante botín que no estamos dispuestos a perder: la primera palabra de nuestra hija.
Cuando la Nina abra la boca y diga su primer sustantivo, estará eligiendo el idioma que más le gusta. Y ambos padres sabemos que si empieza en nuestra lengua, tendremos la mitad de la batalla ganada. Por eso estamos permanentemente diciéndole cosas, para seducirla:
—Hi havia una vegada, una serp que es deia Mixi —le dice Cris, poniendo voz seductora—. Mixi era tant petita, però tant petita, que semblava un cuquet.
—¿Cómo le vas a contar cosas de serpientes, mala madre?—la interrumpo, y se la arranco de los brazos—. Las serpientes son malas, Nina. Caca. Feo —le digo a la criatura, que me mira con los ojos enormes—; las buenas son las tortugas. Sobre todo una que se llamaba Manuelita y que vivía en Pehuajó.
Pero Cristina no se rinde:
—¡Mixi estava molt contenta de ser com era! —grita, intentando tapar mi cuento— ¡Tot i ser diferent de les altres serps!
—¡¡Nadie sabe bien por qué —me desgañito yo—, a París ella se fue!!
—¡¡Era molt feliç al bosc, excepte els dies que plovia, gilipolles!!
—¡¡Un poquito caminando y otro poquitito a pie, pelotuda!!
Cuando Nina empieza a asustarse con nuestros gritos y llora, nos quedamos los dos padres frente a frente, en el comedor, con la garganta reseca, mirándonos con odio, y entonces pactamos una nueva tregua de no agresión.
Pero los dos sabemos que la guerra no termina nunca, que el enemigo está en todas partes, que hay que dormir con un ojo abierto. Nuestra casa, de un tiempo a esta parte, se ha convertido en tierra iraquí. Y nuestra hija es el pozo petrolero.
—Jo solament vull que creixi amb salut— me dice Cris, llena de rabia, tomando litros de café para no claudicar.
—Es lo que yo digo —asiento, con los ojos muertos de cansancio y las manos temblorosas—: lo importante es que sea sanita.
Hace días que no dormimos, temiendo que —si nos gana el sueño— el otro aproveche para lavarle el cerebro a la criatura.
Ser una familia, muchas veces, nos resulta terriblemente desgastante.
Cuando Cristina no me ve, cuando se descuida, cuando baja la guardia o se duerme, unto el chupete de Nina en un tarro de dulce de leche Chimbote, y se lo pongo en la boca con gesto conspirativo. Entonces espero que mi hija deguste el manjar, que se le dilaten las pupilas, que haga esta especie de sonrisa triunfal y que se llene de genuina argentinidad.
—¡El pediatra ha dicho que solamente leche! —se queja la madre cada vez que descubre a su hija con la trompa marrón— ¡Que le van a salir parásitos, gilipollas!
—Pero son parásitos argentinos —le discuto—, que no le hacen mal a nadie.
Ella, la madre, juega con ventaja: tiene el contexto de su lado y casi no debe hacer esfuerzos para que su hija se empape de cultura catalana. Prende la tele y salen los Teletubbies diciendo “una abaçaaada“, por ejemplo. Vienen los abuelos y le dicen cosas con equis. Sale a la calle y los carteles están en ese idioma tan raro.
—Nos tendríamos que ir a vivir a un país neutral —le dije un día a la madre—. Viviendo acá ganás vos seguro. Nos tendríamos que ir a Chipre. A ver quién gana.
—Esto no es un partido de fútbol —me discute ella—. Además la niña 'es' catalana, viva donde viva.
—¡Una mierda! —me retobo— Es argentina, haya nacido donde haya nacido. Si fuera catalana no sería tan linda.
Aunque lucho a brazo partido, sé que tengo todas las de perder. Me cago en el contexto. Yo tengo que hacer malabares para darle el otro cincuenta por ciento de sangre a la criatura. Ya probé también de darle mate frío, para que empiece a descubrir los placeres de la vida, pero parece que los bebés de cuatro meses no entienden el tema de chupar cosas metálicas. El sistema del dulce de leche, en cambio, funcionaba muy bien.
Yo hubiera seguido con la Estrategia Chimbote, pero Cristina me amenazó: si yo continuaba en esa tesitura de ganarme la nacionalidad de Nina a través de los sabores, ella iba a empezar a ponerle crema catalana en la mamadera, y que al final no íbamos a tener ni una hija autóctona ni una hija argentina, sinó más bien una nena obesa. Entonces firmamos la primera tregua y, de mutuo acuerdo, desde el seis de agosto dejamos de sobornarla con gastronomía regional.
La batalla, en cambio, sigue viva. Ahora, que empezaron los Juegos Olímpicos, la guerra fría ha pasado al terreno de los símbolos patrios:
—Mirá, Nina —le digo—, esos chicos tan lindos que le están haciendo seis goles a Serbia somos nosotros: los argentinos —y me pego fuerte en el pecho, para que le quede claro.
—¿Ese es bonito? —ironiza Cristina, señalando a Tévez.
—Ese no es argentino, Nina. Ese es de Boca. Caca. Feo.
Nina mira la pantalla, y luego a nosotros. Procesa datos.
—¿Ves hija? —vuelvo a la carga yo, señalándole la tele— Ésos de rojo y amarillo son los únicos de Europa que no ganaron ninguna medalla. Gallegos. Caca. Feo.
—Ésos son españoles, Nina —le dice la madre, mostrándole fotos de Barcelona '92—: y nosotras somos catalanas. No te preocupes.
Entonces yo arremeto:
—¿Ves, mi amor? Esos que no aparecen por ningún lado, porque la Comisión Olímpica dice que ni siquiera son un país, tampoco ganaron ninguna medalla. Catalanes. Caca. Feo.
Y así podemos estar toda la tarde, mientras Nina nos mira seriecita, sopesando todas las posibilidades de nacionalización.
Pero desde que leímos en un libro sobre bebés que en cualquier momento la criatura se larga a hablar, el epicentro de la contienda bélica tiene una nueva baza, un flamante botín que no estamos dispuestos a perder: la primera palabra de nuestra hija.
Cuando la Nina abra la boca y diga su primer sustantivo, estará eligiendo el idioma que más le gusta. Y ambos padres sabemos que si empieza en nuestra lengua, tendremos la mitad de la batalla ganada. Por eso estamos permanentemente diciéndole cosas, para seducirla:
—Hi havia una vegada, una serp que es deia Mixi —le dice Cris, poniendo voz seductora—. Mixi era tant petita, però tant petita, que semblava un cuquet.
—¿Cómo le vas a contar cosas de serpientes, mala madre?—la interrumpo, y se la arranco de los brazos—. Las serpientes son malas, Nina. Caca. Feo —le digo a la criatura, que me mira con los ojos enormes—; las buenas son las tortugas. Sobre todo una que se llamaba Manuelita y que vivía en Pehuajó.
Pero Cristina no se rinde:
—¡Mixi estava molt contenta de ser com era! —grita, intentando tapar mi cuento— ¡Tot i ser diferent de les altres serps!
—¡¡Nadie sabe bien por qué —me desgañito yo—, a París ella se fue!!
—¡¡Era molt feliç al bosc, excepte els dies que plovia, gilipolles!!
—¡¡Un poquito caminando y otro poquitito a pie, pelotuda!!
Cuando Nina empieza a asustarse con nuestros gritos y llora, nos quedamos los dos padres frente a frente, en el comedor, con la garganta reseca, mirándonos con odio, y entonces pactamos una nueva tregua de no agresión.
Pero los dos sabemos que la guerra no termina nunca, que el enemigo está en todas partes, que hay que dormir con un ojo abierto. Nuestra casa, de un tiempo a esta parte, se ha convertido en tierra iraquí. Y nuestra hija es el pozo petrolero.
—Jo solament vull que creixi amb salut— me dice Cris, llena de rabia, tomando litros de café para no claudicar.
—Es lo que yo digo —asiento, con los ojos muertos de cansancio y las manos temblorosas—: lo importante es que sea sanita.
Hace días que no dormimos, temiendo que —si nos gana el sueño— el otro aproveche para lavarle el cerebro a la criatura.
Ser una familia, muchas veces, nos resulta terriblemente desgastante.
domingo, 12 de junio de 2011
Cultura a la española.
sábado, 11 de junio de 2011
El PSOE según Maruja Torres
jueves, 9 de junio de 2011
domingo, 5 de junio de 2011
sábado, 4 de junio de 2011
sábado, 14 de mayo de 2011
miércoles, 11 de mayo de 2011
La internacional situacionista
domingo, 1 de mayo de 2011
sábado, 30 de abril de 2011
El desmoronamiento de España
Entrevista a Alberto Recarte, autor del libro "El desmoronamiento de España".
viernes, 29 de abril de 2011
Descentrados
- ¿Es ésa, entonces, la prueba del laberinto?
- Sí. Quien alcanza el centro de éste y se instala en él, como lo hizo Teseo, se centra... Vale decir: se convierte en el ónfalo de convergencia de todos los puntos de la Realidad, que es esférica y se divide en dos hemisferios contiguos: el del microcosmos y el del macrocosmos, el del Valle de Lágrimas y el del Reino de los Cielos, el del mundo denso y el del mundo sutil. Estar centrado significa estar equilibrado, ser un hombre armónico y completo. Teseo lleva en la diestra una espada -el yanga- y en la zurda el cabo del hilo que le ha entregado Ariadna (o sea: el yin). La suma de esos dos complemementarios le permite encontrar el camino del centro, sortear las trampas que se le tienden, superar todos los obstáculos, dominar el miedo y la fatiga, arrostrra el peligro, enfrentarse al Minotauro (o a los monstruos del subsconsciente colectivo) y darle muierte. La vida a partir de ese momento, deja de ser un problema. La felicidad y la certeza de la inmortalidad sustituyen a la zozobra. Desaparece la angustia y el ritmo de la respiración se incorpora a la música de las esferas.
- ¿Tiene todo eso algo que ver con la tauromaquia? lo pregunto porque hay quienes dicen que Teseo y Hércules fueron los inventores y fundadores del arte de Cúchares.
- La plaza de toros es el laberinto y el torero es el hombre que resuelve el criptograma de la existencia retando y matando al Toro en el centro de la plaza. No se olvide usted de que las grandes faenas se hacen con las zapatillas plantadas en la boca de riego del albero.
- ¿Quiere añaññdir algo sobre este asunto?
- Sí. Me gustaría señalar que el torero es, seguramente, el último héroe vivo.
- ¿Y cuál es la función del héroe?
- Servir de cordón umbilical entre el microscosmos y el macrocosmos, por una parte, y enseñarnos el camino del centro por otra.
- ¿Qué sucederá si los anglocabrones y otras yerbas del mismo pelaje se salen con la suya y consiguen prohibir las corridas de toros?
- Sucederá que todos nos quedaremos descentrados.
FERNANDO SÁNCHEZ DRAGÓ, la prueba del laberinto.
jueves, 28 de abril de 2011
miércoles, 13 de abril de 2011
Enfrentamiento entre Rosa Díez y Zapatero
Este video es de mayo del 2009. Lo de Zapatero con la crisis económica no tiene nombre.
jueves, 7 de abril de 2011
...Que alguien se atreviera
"Cuando se fueron de la tienda, don Pantaleón se sintió culpable por verles encaminarse hacia donde él no iría por nada del mundo. Y, sin embargo, era necesario que alguien... que alguien se atreviera. Siempre es preciso que alguien se atreva o todos estamos perdidos".
FERNANDO SAVATER, El Gran Laberinto.
domingo, 20 de marzo de 2011
miércoles, 16 de marzo de 2011
martes, 15 de marzo de 2011
¿Quién será el traidor de ETA?
"Yo los llamo los tres grandes traidores de la historia de España. Gutiérrez Mellado para los militares, Carrillo para los comunistas, y Suárez, el máximo traidor pero el más valiente, el que debía hacer que el franquismo durara 20 años más y en dos días los jodió a todos. ETA está buscando a su traidor, cundo lo halle se acabó ETA".
JAVIER CERCAS, Premio Nacional de Narrativa.
domingo, 13 de marzo de 2011
El maligno se embosca en lo baladí
Últimamente me ha venido a la memoria auqella frase de la Biblia: "el Maligno se embosca en lo baladí". Recuerdo esta frase cuando leo cualquier diario, cuando enciendo cualquier televisión, cuando escucho a cualquier político. Sólo veo morralla irrelevante. No sé si estos asuntos están ahí porque interesan a los españoles o son meras cortinas de humo que nos pone el poder, delante de las narices, para que España no abra los ojos... para que España no se interese por lo que de verdad tiene importancia.
sábado, 12 de marzo de 2011
miércoles, 9 de marzo de 2011
Mi más sincero agradecimiento a todos los ricos de España
Según la ministra Salgado, los ricos quieren que les suban los impuestos. Desde aquí mi más sincero agradecimiento a todos los ricos de España... por su generosidad. Seguro que alguno de vosotros sospecha que la ministra se ha equivocado en sus declaraciones, pero eso no puede ser. Todos los ministros de Zapatero están ungidos con el don de la infalibilidad, y si la ministra dice que los ricos están contentos pues están contentos.
domingo, 6 de marzo de 2011
La España de las consecuciones absolutas
- ¡Ay, inspectora, cómo se nota que es usted de una generación privilegiada!
- No sé qué coño tiene que ver mi generación con esto.
- Pues todo. Usted ya pertenece a la España de las consecuciones absolutas. Tienen ustedes un objetivo importante, luchan por él, lo logran y entonces todo tiene que ser redondo y perfecto. Pero yo soy más viejo que usted, soy de la España de las mejoras. En mi época no había objetivos, lo único a lo que nos atrevíamos a aspirar era a mejorar un poquito: que te aumentaran el sueldo, que tu hijo pudiera estudiar, poder verarnear en la playa...
El silencio de los claustros. ALICIA GIMÉNEZ BARTLETT
jueves, 3 de marzo de 2011
lunes, 28 de febrero de 2011
El PSOE de Zapatero según Carnicero
Os dejo un párrafo de la columna de opinión publicada en EL Periódico de Catalunya y que firma Carlos Carnicero.
Hae tiempo que el PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero renunció a la pedagogía política. Utiliza el partido como lo han hecho siempre los partidos de derechas: unos cuadros que con apoyos finacieros pretenden la ocupación del poder para administrar la economía de mercado.
Hae tiempo que el PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero renunció a la pedagogía política. Utiliza el partido como lo han hecho siempre los partidos de derechas: unos cuadros que con apoyos finacieros pretenden la ocupación del poder para administrar la economía de mercado.
jueves, 17 de febrero de 2011
España nueva
Antonio Gala en El Mundo.
Cuando se nos acabaron a los españoles los imaginarios enemigos externos -porque nos quedamos más solos que la una; ahora, eso sí, cristianos viejos-, nos pusimos a pelear, en el nobre de Dios, contra nosotros mismos con el mote que fuese: secesión, sucesión. tradición, alzamiento, naranjas de la China. Un espanto. Hasta en las sacristías podía tirarse de la manta: limpieza de sangre; para hablar de un idioma que emplea esa expresión hace falta una dosis de valor que ya ya... Tan sólo me consuela mirar hacia el futuro. Los nuevos españoles: vestidos como les sale del níspero; meneándose al son que les tocan; con los pelos cortados como quieren; evitándose gratuitos malos tragos; entendiéndose con la gente de su edad del universo mundo, erasmos o no erasmos. Ojalá los nuevos españoles sean españoles nuevos: curiosos, admirativos, capaces de sorpresa, de ilusión y entusiasmo. Como los quiero para mi Fundación. Capaces de mandar a tomar viento a la espada del Cid y soltar, al viento libre, su carcajada histórica.
Cuando se nos acabaron a los españoles los imaginarios enemigos externos -porque nos quedamos más solos que la una; ahora, eso sí, cristianos viejos-, nos pusimos a pelear, en el nobre de Dios, contra nosotros mismos con el mote que fuese: secesión, sucesión. tradición, alzamiento, naranjas de la China. Un espanto. Hasta en las sacristías podía tirarse de la manta: limpieza de sangre; para hablar de un idioma que emplea esa expresión hace falta una dosis de valor que ya ya... Tan sólo me consuela mirar hacia el futuro. Los nuevos españoles: vestidos como les sale del níspero; meneándose al son que les tocan; con los pelos cortados como quieren; evitándose gratuitos malos tragos; entendiéndose con la gente de su edad del universo mundo, erasmos o no erasmos. Ojalá los nuevos españoles sean españoles nuevos: curiosos, admirativos, capaces de sorpresa, de ilusión y entusiasmo. Como los quiero para mi Fundación. Capaces de mandar a tomar viento a la espada del Cid y soltar, al viento libre, su carcajada histórica.
miércoles, 16 de febrero de 2011
martes, 8 de febrero de 2011
El AVE como metáfora de España
lunes, 7 de febrero de 2011
La silla de Zapatero
jueves, 3 de febrero de 2011
lunes, 31 de enero de 2011
De toros y Estatutos.
Pedro Gutiérrez Moya, El Niño de la Capea, lo ha dejado muy claro: "lo mismo que Montilla no va a respetar el fallo del Estatut, por qué vamos a respetar nosotros eso". Pues eso que o todos moros o todos cristianos y si los que mandan no están dispuestos a cumplir con la Ley no sé por qué debemos cumplir los demás.
martes, 25 de enero de 2011
La perspectiva geológica del tiempo
Por entonces, la única oposición real contra la dictadura que había en España la formaban los cuatro gatos que pertenecían al Partido Comunista. En mi decisión de afiliarme también había mucho de sueño de juventud, cuando crees que todo es posible. No es que luego dejes de creerlo, pero adquieres la perspectiva geológica del tiempo, una perspectiva real que te dice que sí, que todo es posible, pero a su tiempo.
EDUARD PUNSET
viernes, 21 de enero de 2011
Tomando distancia para sobrevivir.
El final de la columna de opinión que firma Carlos Carnicero en El Periódico de Catalunya.
La pregunta de fondo es si para la existencia de una Catalunya fuerte, sólida y con futuro no es imprescindible una España fuerte, sólida y con futuro. El resto, si la respuesta es afirmativa, es un problema de conciliación de intereses.
Estamos atrapados entre dos intransigencias cruzadas. La derecha que representa a la vieja España rencorosa, teñida con caspa de sotanas rancias. Y enfrente, los nacionalismos, los radicales y los que no lo son tanto, juegan con las cartas marcadas de que nunca quieren llegar a un marco estable de relación con España porque la reivindicación es la única razón de subsistencia: si no hay pleito, no hay causa nacionalista.
Sería un buen momento para alejarse del problema y ejercer la responsabilidad. Pero calentar los ánimos, generar discrepancias y aumentar las diferencias está al alcance de todos los mediocres. Construir una realidad estable, confortable y duradera es solo posible para quienes tienen la grandeza del estadista. Todavía estamos a tiempo.
La pregunta de fondo es si para la existencia de una Catalunya fuerte, sólida y con futuro no es imprescindible una España fuerte, sólida y con futuro. El resto, si la respuesta es afirmativa, es un problema de conciliación de intereses.
Estamos atrapados entre dos intransigencias cruzadas. La derecha que representa a la vieja España rencorosa, teñida con caspa de sotanas rancias. Y enfrente, los nacionalismos, los radicales y los que no lo son tanto, juegan con las cartas marcadas de que nunca quieren llegar a un marco estable de relación con España porque la reivindicación es la única razón de subsistencia: si no hay pleito, no hay causa nacionalista.
Sería un buen momento para alejarse del problema y ejercer la responsabilidad. Pero calentar los ánimos, generar discrepancias y aumentar las diferencias está al alcance de todos los mediocres. Construir una realidad estable, confortable y duradera es solo posible para quienes tienen la grandeza del estadista. Todavía estamos a tiempo.
martes, 18 de enero de 2011
sábado, 15 de enero de 2011
jueves, 6 de enero de 2011
Una España inesperada. (y 3)
Tengo amigos sevillanos a quienes quiero, me gusta pasear por Madrid, me gusta pasear por Bilbao y por Vigo, me gusta conversar, me disgustan las posturas nacionalistas radicales que realmente persiguen la ruptura o la unidad de España y el aplastamiento del contrincante, creo en el bilingüismo como fuerza de progreso y cultura y como una riqueza popular, amo a España aunque a menudo me sienta incomprendido en ella (eso le pasa a todos, supongo), amo el fútbol, ah, cómo me chifla este juego, y admiro "la filosofía" del Athletic porque, con la tesitura actual, no deja de asombrar la supervivencia del león en el norte peninsular.
Una España inesperada. (2)
El viejo Julio Caro Baroja ya sucribió las contradicciones del sur español cuando observó que "experimentar odio hacia la Andalucía de pandereta y atracción por Andalucía misma son dos sentimientos que parecen darse en nuestra época más que en otras del pasado cercano". Esto lo dijo hace tiempo pero ahora tendría aún más razón, la aceleración contemporánea aumenta las paradojas y a menudo nos encontramos sintiendo en una dirección pero a la vez en su contraria. Yo adoro Andalucía.
martes, 4 de enero de 2011
Una España inesperada
Muy recomendable el libro que publicó en el 2005 el escirtor hospitalense, Gabi Martínez.
"Inesperada porque quien escribe es un barcelonés de 32 años, casado por lo civil, que ha votado a distintos partidos después de una buena temporada desmarcado de las urnas, periodista y escritor de libros de viajes y novelas que firma con diminutivo, sin fuertes vínculos económicos con ningún grupo empresarial, la mili solventada en cuartel de artillería.
E inesperada porque en aquellos momentos España no se parecía en nada a la idea que a lo largo de los años yo me había hecho del futuro, del progreso, de una convivencia en paz, ni esperaba que las palabras se pudieran pervertir hasta tal punto ni que hubiera tanta gente dispuesta a resucitar nuestra cara más negra.
Así que decidí tomar partido. No por nadie en concreto, no. Tomar partido por España. Porque sabía que en sus ciudades y sus pueblos unos cuantos millones de personas todavía compartían la idea y el deseo de, básicamente, construir respetando un mínimo equilibrio".
"Inesperada porque quien escribe es un barcelonés de 32 años, casado por lo civil, que ha votado a distintos partidos después de una buena temporada desmarcado de las urnas, periodista y escritor de libros de viajes y novelas que firma con diminutivo, sin fuertes vínculos económicos con ningún grupo empresarial, la mili solventada en cuartel de artillería.
E inesperada porque en aquellos momentos España no se parecía en nada a la idea que a lo largo de los años yo me había hecho del futuro, del progreso, de una convivencia en paz, ni esperaba que las palabras se pudieran pervertir hasta tal punto ni que hubiera tanta gente dispuesta a resucitar nuestra cara más negra.
Así que decidí tomar partido. No por nadie en concreto, no. Tomar partido por España. Porque sabía que en sus ciudades y sus pueblos unos cuantos millones de personas todavía compartían la idea y el deseo de, básicamente, construir respetando un mínimo equilibrio".
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