sábado, 7 de noviembre de 2009

Tiempo anecdótico, pueril y pequeño.


Ignacio Ruiz Quintano en ABC


LOS factores preponderantes del desorden social actual son, formulados por Gómez Dávila, la «inquietud intelectual» del tonto y el «deseo de superación» del cuco.
España es su parque temático.
-Un socio de Aznar, un liberal y un hijo de franquista -tituló el periódico de Zapatero el caso Pretoria, penúltimo incidente económico entre familiachas políticas.
Siempre se ha dicho que el clima público de España produce tontos y locos, y al final, unos políticos -variantes de la anormalidad- que suelen comenzar haciendo locuras y terminan haciendo tonterías.
Ruano se deprimía porque sus amigos llamaban a su puerta y hablaban: Crisis... Huelga general... Revolución... Don Alejandro... Prieto... Los de la Fai... Melquíades... Maura...
-¡Ah, qué fastidio! Ninguno viene a decir: ¡Amor! ¡Amor! ¡Amor! ¡España! ¡España! ¡España! ¡Dios mío, sálvanos, antes de que ninguna cosa, de la chabacanería, de la estupidez, de este tiempo anecdótico, pueril y pequeño!
A cada nueva escandalera, el columnismo zen se pone farruco y exige que se ponga coto a la corrupción política. ¿Coto a la corrupción política? Nada más sencillo: diputados de distrito, elección directa del presidente y separación absoluta entre poder judicial y poder político. Pero entonces tendríamos una democracia, no esta partitocracia, o democracia «faisanada», cuya esencia es la desfachatez y en la cual sólo una tenue línea, inapreciable para el bárbaro o votante, separa la podredumbre del refinamiento. Garzón en la Justicia y Rubalcaba en la Política son la espuma de una sociedad con cinco millones de parados hechos para no tener dinero y pasarlo bien.
-La crisis económica se nota mucho más en Hollywood porque la gente está constituida para trabajar y ganar dinero, y cuando no trabaja es algo horrible, no sabe lo que hacer -decía Edgar Neville, recién llegado del Hollywood del 29-. Por eso allá no hay cafés. Pero esta nación, este Madrid, está hecho para no tener dinero y pasarlo bien.
Pasarlo bien. Ésa es la cuestión.
Tenemos al apuesto juez Pedraz yendo y viniendo con la clavícula de un pirata somalí como Cary Grant en «La fiera de mi niña». Tenemos al socialista Alonso, otro juez apuesto, halagando los bajos instintos de la chusma con la mentira de que van a apretar el cinto a los futbolistas ricos. Tenemos al ministro Rubalcaba «tenebroseándonos» la vida con el sistema Sitel, «para proteger a la gente». Tenemos al bello Vera, tirando de Gracián para justificar la infamia infinita del «Faisán». Y tenemos a los «pepitosnakens» (hijos, sin saberlo, de Pepe Nakens, el santo laico del republicanismo clerófobo) chapoteando gorrinamente en la gedeonada de un tribunal de derechos humanos (?) de Estrasburgo que juzga «ofensiva» a la cruz.
Gómez Dávila:
-Lo inaceptable en los «derechos del hombre» es el nombre.

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