martes, 26 de mayo de 2009
jueves, 21 de mayo de 2009
Inseguridad ciudadana
La opinión de José Manuel García Bravo, Concejal de C´s en Sant Andreu de la Barca.
Hace algo más de año y medio que el Ayuntamiento de Sant Andreu de la Barca firmó un convenio con la Generalitat de Catalunya para la colaboración entre Policía Local y Mossos d´Esquadra, tras el repliegue de la Guardia Civil de nuestro municipio. Era un convenio obligado y necesario tras la asunción de competencias en materia de seguridad ciudadana por parte de la Generalitat.
Sin embargo a la vista del convenio que se nos presentó en pleno era evidente que los problemas surgirían, por ello Ciutadans votó en contra de su redactado. Advertíamos que era un convenio vacío, que únicamente recogía una declaración de intenciones en base al marco legislativo de actuación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. En ningún momento se contemplaba en el convenio un número de patrullas de Mossos d´Esquadra que garantizasen mínimos de presencia policial continuada en nuestro municipio.
A la vista de los datos publicados en la web del ayuntamiento, donde se recogen las memorias de la policía local de los años 2007 y 2008, se puede concluir que se ha producido un incremento del 200% en cuanto a los delitos cometidos en nuestro municipio, algunos de ellos con gran violencia. Asimismo se han incrementado en un 40% las diligencias instruidas por nuestra policía local. Supongo que no tendremos que recordar que los Mossos d´Esquadra se desplegaron en nuestro municipio a finales del año 2007.
¿Este incremento de la delincuencia es culpa de la policía local de nuestro municipio? Ciutadans entiende que no, ya que la plantilla de policías locales de nuestro municipio se encuentra en media por debajo de la catalana y de la recomendación del Comité de Seguridad de la Unión Europea. Sant Andreu de la Barca tiene el dudoso honor de ser uno de los municipios del Baix Llobregat con menor plantilla de policía local por habitante y por tanto podemos concluir que se encuentran desbordados.
Ciutadans considera que este problema es básicamente político y de concepción del modelo de seguridad.
Político básicamente por la cerrazón del ayuntamiento encabezado por el PSC en no incrementar la plantilla de policía local, lo que dificulta la labor de este colectivo.
En cuanto al concepto de modelo de seguridad propuesto por la Generalitat observamos dos deficiencias. Una es el empecinamiento en llevar a cabo el despliegue de los Mossos d´Esquadra por toda Catalunya sin el número suficiente de efectivos que garantice una adecuada protección de los ciudadanos. La segunda se refiere al modelo de seguridad ciudadana que se basa en la reacción ante el delito sin tener en cuenta la prevención. La regla de oro de la seguridad ciudadana es a mayor presencia policial, da igual el color del uniforme, menor delincuencia.
Por cierto, mi reconocimiento para la labor desarrollada por todos los cuerpos policiales, a pesar de nuestros políticos y de los escasos recursos tanto humanos como materiales que se destinan.
lunes, 18 de mayo de 2009
sábado, 16 de mayo de 2009
miércoles, 13 de mayo de 2009
lunes, 11 de mayo de 2009
domingo, 10 de mayo de 2009
sábado, 9 de mayo de 2009
viernes, 8 de mayo de 2009
Español de a pie
"Lo que tenía que encontrar era lo de siempre: la sensibilidad del hombre de la calle, que se llama el español de a pie cuando se habla de política. Es decir, una entidad difusa, roma, estúpida y carente de interés. Un arquetipo despreciable por su ausencia de valores nobles, de cultura, de chispa, al que los analistas políticos aluden en general como si se tratara de un colectivo de personas que tuviera algún valor que conservar. Cuando un periodista reclama la necesidad de dirigirse a tan siniestro personaje, no está haciendo otra cosa que la peor clase de populismo. El hombre de la calle es objeto de adoración y, al mismo tiempo, todo aquello que nadie quiere ser; ni siquiera es un antihéroe, es, sencillamente, un no-héroe."
Jorge M. Reverte
miércoles, 6 de mayo de 2009
IDM
Una columna de Ángel de la Fuente publicada, en El Periódico de Catalunya:
Hace unos días se presentó en Barcelona el Informe sobre el Desarrollo Mundial (IDM). Se trata de una publicación en la que el Banco Mundial (BM) resume cada año las principales lecciones de la investigación reciente sobre algún tema de interés para la formulación de las políticas de desarrollo.
El informe del 2009 está dedicado a la interacción entre crecimiento económico y territorio. Su punto de partida es la idea de que concentrar la producción en un área geográfica reducida permite explotar economías de escala y de aglomeración que se traducen en una mayor eficiencia. Puesto que el capital y el trabajo tienden a moverse hacia los sitios en los que su rendimiento es mayor, las áreas de mayor densidad tenderán a adquirir un peso creciente en la economía. De esta forma, el desarrollo irá acompañado de una mayor concentración de la actividad y de un alza de las disparidades de renta.
Los gobiernos suelen resistirse a este fenómeno e intentan fomentar una distribución más uniforme de la producción. De acuerdo con el BM, esta estrategia solo sirve para reducir el crecimiento. En su opinión, la mejor opción consiste en no obstaculizar el proceso de concentración con el fin de maximizar el tamaño del pastel, para repartirlo mejor a posteriori a través de los presupuestos públicos. De esta forma, los países pueden disfrutar de un crecimiento rápido (y por lo tanto desequilibrado) sin sacrificar su cohesión geográfica y social interna.
El dilema entre crecimiento y equilibrio territorial no es inevitable, pero sí muy frecuente, y la estrategia que recomienda el BM en este contexto merece ser considerada seriamente. La discusión es muy relevante para el caso español. Tras varias décadas de política regional redistributiva, la rentabilidad de las infraestructuras es hoy mucho mayor en Madrid y en el eje mediterráneo que en el resto del país. Una apuesta decidida por estas zonas tiene, por tanto, mucho sentido económico. Pero para que esta opción sea aceptable en términos de equidad, así como políticamente viable, debería ir acompañada del compromiso de no debilitar los mecanismos de redistribución territorial.
lunes, 4 de mayo de 2009
sábado, 2 de mayo de 2009
Diagnóstico.
Columna de Ángel de la Fuente en El Periódico de Catalunya.
La economía española presenta dos desequilibrios que complican mucho nuestra situación. El primero es un elevadísimo déficit por cuenta corriente, que se sitúa en torno al 10% del PIB. La enorme diferencia entre lo que compramos y lo que vendemos fuera ha de financiarse con capital extranjero, lo que resulta cada vez más difícil y nos deja en una situación muy vulnerable en el contexto actual.
El segundo es la hipertrofia del ladrillo. En 1995 el sector de la construcción representaba un 6,9% del PIB y un 9,5% del empleo español. En 2007, estas cifras se habían elevado en un 50% hasta alcanzar el 11% del PIB y el 13,9% del empleo, lo que supone en torno a 2,7 millones de puestos de trabajo a los que habría que añadir un buen pico en otros sectores muy dependientes de la venta de viviendas.
Simplificando mucho, una parte importante de nuestro problema actual es que tenemos a 1 millón o 1,5 millones de personas produciendo cosas invendibles. El reto consiste en trasvasarlas a otras actividades que puedan ser viables a largo plazo: en que dejen de hacer casas y muebles de cocina que el mercado no puede absorber y empiecen a producir bienes y servicios de mayor valor añadido que podamos vender fuera a precios competitivos.
Casi nadie niega ya que en la situación actual es necesaria una política fiscal expansiva que ayude a sostener la demanda y el empleo. El Gobierno ha tomado medidas urgentes en esta dirección, entre las que destaca un fuerte incremento de la inversión pública que se canalizará en buena medida a través de los ayuntamientos. El impacto de estas medidas será seguramente positivo pero, puestos a gastarnos muchos miles de millones luchando contra la crisis, conviene no perder de vista el diagnóstico que acabo de esbozar. Si nos gastamos toda la pólvora en poner a la gente a hacer zanjas, dentro de un par de años seguiremos teniendo los mismos problemas de fondo y una situación fiscal mucho peor.
Hoy por hoy, un aumento del gasto público es sin duda necesario pero, para que sea efectivo a largo plazo, debe ser parte integral de una estrategia bien pensada para avanzar hacia una economía más competitiva.
viernes, 1 de mayo de 2009
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