La actitud contemporizadora del resto del nacionalismo favoreció la permanecia de la banda, que sólo tenía que soportar críticas morales y reproches por su falta de sentido de la oportunidad. En definitiva, la persistencia y auge del terrorismo nacionalista sólo se entienden tomando en cuenta la pasividad o complacencia de muchos sectores sociales y distintas corrientes de opinión, pretendidamente neutrales en un supuesto conflicto entre el Estado español y ETA.
Movimientos cívicos, CARLOS MARTÍNEZ GORRIARÁN
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