jueves, 25 de junio de 2009
Situación límite: ¡Ultraje a la paella!
Un artículo de Rafael Sánchez Ferlosio publicado en El País nada más y nada menos que en el año 1.983. El tema ya se veía venir...
Con esta peste catastrófica de las autonomías, las identidades, las peculiaridades distintivas, las conciencias históricas y los patrimonios culturales, la inteligencia de los españoles va degradándose a ojos vista y se la ve ya acercarse peligrosamente a los mismos umbrales de la oligofrenia. Reciente está todavía, en estas páginas, la oleada de cartas catalanas sobre el inefable pleito de la eñe, con las que ese tremendo vanidoso de Juan Benet ha debido de disfrutar como un enano, aunque a costa de merecer, por lo demás, la tacha de pescador de aguas fáciles, pues es sabido que los catalanes siempre pican; que con ellos es como con las tencas: no hay más que echar el anzuelo y recoger.Sobre el modelo siempre delirante del agravio al abstracto (agravio al pueblo, agravio a la patria, agravio a la bandera y ahora también agravio a la Ñ o a la NY), el furor autonómico propende arrebatadamente a elevar a la categoría abstractiva y a la capacidad simbólica cuantas cosas se muestren mínimamente combustibles a la fallera llama del narcisismo y la autoafirmación, multiplicando pavorosamente el número de cosas susceptibles al agravio. Así hemos venido a llegar en estos últimos días a la situación límite de que hoy puede verse agraviada hasta la propia paella valenciana. No digo esta o aquella paella singular, en la medida en que de éstas sí puede decirse, con algún fundamento de razón y sin agravio de mayor cuantía, que una es peor que otra -aunque por ofendido suele darse más bien el cocinero, sin que el guiso dé muestra de sonrojo o de cólera ostensible-, sino la paella misma, el universal paella, la paella ontológica, la paella sub specie aeternitatis o, en fin, en una palabra, la paella como idea pensada por el mismísimo Platón.
Sí, esta paella ha sido la que, según la Prensa, acaba de llamarse a agravio o, más literalmente, a menosprecio grave, a causa de una campaña preventiva contra los incendios forestales que -por la desgraciada circunstancia de ser precisamente la paella uno de los guisos más frecuentes de las giras campestres y, en consecuencia, motivo recurrente de hacer lumbre en el campo- ha cometido la temeridad de esgrimir los eslóganes de "hay paellas que matan" y "la paella es el plato más caro del verano", queriendo solamente recordar las desdichadas consecuencias para haciendas y a veces para vidas que de cualquier descuido en el manejo de las correspondientes fogatas culinarias se pueden derivar.
Pues bien, por boca de don Ignacio Gil Lázaro, diputado por Valencia del Grupo Parlamentario Popular, la paella valenciana se ha llamado inmediatamente a agravio por los eslóganes transcritos, interpelando al ministro de Cultura, a fin de que en el acto proceda a retirar semejante propaganda, por cuando -transcripción literal de los periódicos- "menosprecia gravemente el patrimonio cultural autóctono valenciano". "¡Cosas veredes Myo Cid -y nunca mejor dicho- que farán fablar las piedras!".
En este punto, no debo yo ocultar que, para mí, la llamada cultura gastronómica es, en su mayor parte, uno de los aspectos más tristes, más lastimosos, más estériles y más deleznables de toda la cultura, ya que su desarrollo más caracterizado se debe fundamentalmente a machos solitarios reunidos en pandilla después de verse expelidos de la cama, ya por su propia incapacidad para el amor, ya por la de sus mujeres, ya, en fin, por ambas cosas a la vez, y es, por tanto, producto, en esa misma medida, de una de las más graves y profundas fracturas en las propias entrañas de una sociedad. Así viene a mostrarlo, de manera difícil de esquivar o de tergiversar, el carácter exclusiva y excluyentemente varonil de las sociedades gastronómicas, en las que la buena mesa se nos manifiesta específica y determinadamente como la anticama.
Lejos de mí tamaña enormidad cómo la de decir que entre la glotonería y el terrorismo no queda más que un paso (pues, aunque un paso fuera, todo un abismo moral seguiría estando en medio), pero tampoco tengo por casual, en modo alguno, el hecho de que en el País Vasco concurran de manera singular dos clases típicas de comunidades varoniles: las sociedades gastronémicas y las fratrías marciales, representadas éstas, hoy en día, por los etarras.
Pero sea de esto lo que fuere, esto es, independientemente de mi falta de aprecio personal por la llamada cultura gastronómica, no hay desde luego operación más bárbara, más inculta, o sea, más destructiva para cualquier forma de cultura agente y operante, que la de su elevación a patrimonio cultural, con la correspondiente inscripción en el registro de la propiedad central o periférica, ni tampoco podría concebirse insidia más venenosa para cualquier bien sensible que la de convertirlo en algo preñado de significación, por decirlo con esta expresión tan favorita en la jerga periodística de la época de Franco.
Y aunque uno esté tan lejos de ser ningún ferviente partidario del aborto terapéutico como de ser ningún entendido y exquisito degustador de paellas, creo que en el caso de la pobre paella valenciana, que, literalmente violada por la brutalidad de los furores autonómicos, tiene que verse, así, de pronto, preñada de significación, estaría casi a punto de recomendar, como indicado al caso, el inmediato aborto terapéutico, pues apenas consigo imaginarme un comistrajo más incomible y más indigerible que una paella con sabor a patrimonio cultural autóctono y además valenciano, sabor quer no puede ser más que algo así como un repelente deje a herrumbre y naftalina, complementado en este caso con un toque de orines fermentados de Babieca.
Por todo lo cual ya desde ahora advierto que, si por un azar, afortunadamente harto impensable, me viese yo algún día -Dios no lo quiera, aunque tampoco dejaría de afrontar valientemente mis responsabilidades- convertido de pronto en presidente del Gobierno, tengo muy meditado que, por el bien de los españoles, mi primer acto de gobierno no podría ser otro que un decreto-ley prohibiendo inmediatamente y sine die los Sanfermines de Pamplona, las Fallas valencianas, la Feria y Semana Santa de Sevilla, la Romería del Rocío y toda especie de fiestas semejantes, amén de incoar, simultáneamente y por la vía de urgencia, un proyecto de ley orgánica para la abolición de la Virgen del Pilar (¡Dios, qué descanso para Zaragoza, para Aragón y para España entera!).
domingo, 21 de junio de 2009
sábado, 20 de junio de 2009
Teatro, puro teatro.
La opinión de José Manuel García Bravo, Concejal de C´s en Sant Andreu de la Barca.
El proyecto ejecutivo de marzo de 2006 que determinaba cómo se debía construir el nuevo Teatro Municipal no tuvo en cuenta la existencia del Canal Sedó.
Por hacer esta afirmación en el pleno del ayuntamiento de Sant Andreu de la Barca, reiterada en varias ocasiones en esta columna de opinión política, he sido descalificado tanto por el Alcalde del municipio como por el Teniente Alcalde de Urbanismo.
Siempre he defendido que el ayuntamiento estaba ocultando algo. Ocultaron la existencia de informes municipales, de noviembre de 2007, que determinan que los redactores del proyecto no recibieron la información municipal adecuada sobre la existencia del canal y por ello no se tuvo en cuenta en su redacción. Ocultaron la existencia de un nuevo proyecto ejecutivo redactado y presentado, en febrero de 2009, por los arquitectos encargados del proyecto que modificaba el de marzo de 2006. Lo ocultaron y lo continúan ocultando.
Continúan ocultando que se ha llevado a cabo una modificación de los cimientos, alterando el proyecto ejecutivo de marzo de 2006, ya que la cimentación contemplada en su momento hacía inviable su construcción. Continúan ocultando el coste real de construcción del nuevo Teatro, que no será el final ya que todavía no se ha contemplado ni el mobiliario interior ni la puesta en funcionamiento anual de este faraónico proyecto.
Pues bien, les digo que el proyecto ejecutivo modificado existe, que está en poder del ayuntamiento aunque oculto, y que se ha pagado la modificación del proyecto en lo que se refiere a la adecuación de los cimientos a la existencia del Canal Sedó.
Por si no había suficientes pruebas, ya denunciadas en su momento, ahora aparecen nuevas como por ejemplo una factura de 2 de junio de 2008 presentada por B01-Arquitectes SCP en concepto de honorarios correspondientes a la modificación de los cimientos llevada a cabo por la empresa OMA S.L.
Esta factura con cargo al presupuesto municipal, concretamente a la partida 46-432-22706, se pagó en fecha 6 de noviembre de 2008 con el visto bueno municipal. Esta factura no debió pasar por registro de entrada del ayuntamiento ya que desde febrero de 2008 este grupo municipal ha venido reclamando los escritos presentados tanto por la empresa B01 Arquitectes SCP, encargada del proyecto, como por Corsan-Corviam Construcción SA, encargada de las obras, y en ningún momento han informado a este grupo municipal de la existencia de esta factura. Tampoco se ha reflejado esta circunstancia en ninguna de las actas de la Junta de Gobierno Local.
Por todo ello, y para liberarnos de una gestión urbanística negligente, este grupo municipal exige la dimisión inmediata tanto del Alcalde como del Teniente Alcalde de Urbanismo.
Que pasen un feliz Sant Joan y extremen las precauciones en el uso de los petardos.
jueves, 18 de junio de 2009
José Bono: Las cúpulas de los partidos tienen demasiado poder.
José Bono ha afirmado que los partidos, y en especial sus cúpulas, tienen demasiado poder. En la transición los partidos eran débiles y convenía fortalecerlos. Pero las listas hacen que el contacto diputado-elector sea menos asiduo (y de peor calidad) que allí donde hay diputado de circunscripción. Y los diputados priorizan la fidelidad a quien les pone en la lista a quienes les eligen.
martes, 16 de junio de 2009
L´Hospitalet de Llobregat y la sanidad incompetente.
La Asociación de vecinos de Collblanc-Torrassa está luchando para que no cierren el sevicio de urgencias del ambulatorio de Los Pajaritos. Necesitamos un gobierno que practique la microcirugía, que se preocupe por las necesidades de la ciudadanía. No queremos inauguraciones faraónicas que sólo buscan la fotografía para dar a conocer a la nueva alcaldesa.
En el pleno del Ayuntamiento del mes de enero, la federación de asociaciones vecinales se concentró en la puerta pidiendo la mejora de la sanidad. Una vez dentro vivimos uno de esos momentos esperpénticos que harían feliz a Valle-Inclán. Preguntan por los puestos de médicos aprobados y todavía vacantes, en ese momento el regidor responsable de la sanidad hospitalense, Clemente Murillo, dice que L´Hospitalet no tiene competencias en sanidad. Por lo visto un concejal de sanidad en L´H es como un ministro de la marina en Austria. Con la diferencia de que los austriacos son conscientes de que no tienen mar y no se inventan cargos vacíos e incompetentes.
lunes, 15 de junio de 2009
domingo, 14 de junio de 2009
sábado, 13 de junio de 2009
jueves, 11 de junio de 2009
lunes, 8 de junio de 2009
jueves, 4 de junio de 2009
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